Las sombras de otro verano más

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El verano está por acabar, y es algo que no quisiera, sé que habrá más veranos.

He estado saliendo con Dante, lo único "malo" por así llamarlo, es qué una vez que regresemos a clases, cada quien vivirá su vida aunque sea por un rato, Dante se irá a su escuelilla esa, y yo, seguiré yendo con Susie y Gina. A las cuales ya ni he visto.

Mi mamá ha estado muy ocupada, pues con eso de qué pronto entrará a clases, que odioso ha de ser eso, ser maestro.

Mi papá, ha estado ocupado, tal parece que repartir cartas es un trabajo que requiere todo el día, y parte de la tarde.

  —Estoy aburrido.-Me recargué sobre la pared dirigiéndome a mi madre.-¿Y qué haces?

 —Ya sabes, arreglando cosas para cuando sea inicio de clases.-Me dijo.

  —No quiero entrar a la escuela, tendré que presentarme o contar algo interesante que hice en el verano, si ni a mi me interesa mucho eso, ¿Te imaginas a los demás? 

  —Vamos, no seas tan duro contigo, ve el lado bueno.-Hizo una pausa.-Ya pronto viene tu cumpleaños.

  —Ni me digas.

 —Ay mi amor, ¿Qué tal si me ayudas a arreglar estos papeles?

En ese momento me retracté.

  —Yo creo que no, mejor me largo, iré a ver a Dante.

Y bueno, así fue. Me escapé a ver a Dante, tuve la fortuna de qué se encontrara en casa. No la pasamos hablando, yo casi no mencioné nada, me quedé pensando. Pues me siento raro, ¿Será porqué otra vez vendrá esa vida tan aburrida? Una cosa es la libertad del verano y otra es estar haciendo lo mismo hasta que lleguen vacaciones. Dante no parece preocuparle eso, eso en parte es bueno, igual no quiero cumplir 18 años, está bien que dejaré de ser tan "chavo" para algunas cosas, pero no es algo que me alegre mucho, es decir, tantos chicos y chicas que se mueren por tener mayoría de edad, mientras que yo desearía volver a tener 15 años, aunque en esos tiempos me sentía miserable.

 —¿En qué piensas?-Me dijo Dante.

  —En todo, regreso a clases, mi cumpleaños, ¿Es normal sentirse tan patético? 

Él se recargó sobre mí.

  —Ari, ¿No crees que somos demasiado jóvenes para sentirnos de ese modo?

 —Sí, pero ¿Qué hago? Es como si de momento quisiera un verano más duradero.

  —Disfruta la vida, vienen cosas mejores.-Me abrazó.-Sólo tienes que saber esperar.

 —Dante, no quiero crecer.-Él se rió.

  —¿Te quieres quedar así toda la vida?-Bromeó.

 —No, tú sabes.-Hice una pausa.-De un rato a otro, me entró miedo, o no sé qué sea.

  —¿Asustado?-Asentí.-Pensé que no le tenías miedo a nada.

 —Yo pensaba lo mismo, pero me equivoqué.-Lo abracé.

  —No temas,  Mira, la vida real apesta, aveces ¿Bien? no te mentiré. No sé lo que vaya a pasar en el futuro, pero sea lo que sea, no tienes que tener miedo, por que lo haremos juntos.-Me dijo.

    —No sé como le haces, pero logras levantarme este maldito ánimo.

  —Por algo estamos juntos ¿O no?

Así es Mi pequeño chico, así es.

    —Yo creo que sí. 

Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora