Capítulo 14

2.2K 212 41
                                    

   —¿Qué ocurre?-No es normal enterarse de cosas así.

  —Se puso mal, subió las escaleras y de ahí se desmayo, luego que reaccionó se elevó su temperatura, ahorita está en la cama.-Dijo preocupada su mamá.

   —Ahorita voy.-Colgué.

No imagino que podría estarle pasando, quizá el golpe fue bastante duro, no lo sé, la verdad no estuve ahí para determinar el golpe, sólo espero que esté bien.

 Corrí lo más rápido que pude, al llegar toqué la puerta, enseguida me abrió Sam, se le ve preocupado, subí a la habitación de Dante, lo vi acostado en su cama, está pálido, se ve débil.

   —¿Cómo te sientes?-Fue lo primero que se me ocurrió.

  —No lo sé Ari, me siento raro.-Dijo con su voz entrecortada.

   —¿Recuerdas lo qué pasó?

  —Pues mucho después de qué te fuiste, mi mamá me pidió un suéter, subí por él.-Tocio.-A la mitad de los escalones, se me nubló la vista, luego no recuerdo más.

   —Bueno, y ¿luego qué pasó? 

   —Pues luego de eso, vi a mis padres levantándome, pero sentía el cuerpo cansado, de esas veces cuando haces ejercicio y te sientes acalorado, sudado, tú sabes.

  —Deberías ir al doctor.-Le dije.

   —No Ari, sólo ha de ser una reacción.

  —¿Y por qué querías que viniera?

   —Quería pedirte una disculpa, ya sabes.-Se sentó.-Mi familia actuó como loca, o al menos una pequeña parte.

  —Oye, no hay nada que decir, ya sabes que la gente puede ser muy mierda, incluso tu propia familia.-Le dije.

   —Nos tocó una época muy difícil.-Se rió.

   —No lo dudes.-Nos reímos los dos.

   —Entonces, ¿Cuándo nos vamos a casa de tu tía?-Se recostó.

  —Pues si quieres ese fin, claro, si quieres.-Él se rió.

   —Oh bueno, ¿Vas a poner reglas acaso?

  —Puede ser.-Lo miré.-Primera regla, nada de intentar darme amor.-Su expresión cambió, fue chistosa.

   —¿Qué acabas de decir? Uy, así que chiste, son muy complicadas Ari.

  —Tienes que aprender a jugar con otras reglas.-Le dije, y no pareció gustarle mi broma.

   —Bueno, si así estarán las cosas.-Lo pensó.-Segunda regla, nos comportaremos sólo como amigos.

Si que es bueno.

  —Admito que es la más difícil.-Le dije.

   —Admito que tienes razón.

Me quedé callado.

  —Vamos Quintana, supéralo, es una simple broma.-Se cruzó de brazos.

   —No diré más Mendoza.

  —No te enojes.-Él seguía sin voltear a verme.

   —Te la creíste.-Se rió.-Bueno, nos vemos entonces.

  —Eres algo raro Dante.-Me reí.

   —No tanto como tú.

Ambos caímos en risa. Me fui de su casa, y al llegar a la mía, me encontré con una sorpresa... 


Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora