Halia notó a su tío demasiado callado. No entraba en la conversaciones de los demás, ni en las bromas de Paul, Ulrik ni Cinthya. El auto aminoró la macha, la cena estaba hecha. Tenía hambre, esta vez si había preguntas, prefería contestarlas después de comer. No le dolía el estómago, así que se le hizo la boca agua con el aroma de la carne que había preparado su abuela.
En cuanto el motor del coche paró, fue la primera que bajó seguida de Ulises. Ambos se fueron corriendo hacia la casa. La puerta se había abierto y de su interior salió Yen. Mark recordó en aquel mismo instante que antes de marcharse había dejado una conversación pendiente con ella. No había escogido peor momento para conversar. La prioridad era Halia, y dar una explicación a lo que había presenciado.
Intentó terminar lo antes posible con Yen.
—Ulrik te llevará a casa —dijo—mañana hablaremos. Halia y yo nos quedamos aquí esta noche.
Yen primero miró a Mark y después dirigió su mirada hacia el coche de Cinthya.
—No hay nada de qué hablar Mark, ya lo has dicho todo. —le respondió.
Entró en la casa, Mark supuso que para recoger sus cosas. Al instante salió, ni siquiera se despidió de él. Estaba anocheciendo, Ulrik no tardó en volver a poner en marcha el coche.
—Mañana a la misma hora, ya nos cuentas —le dijo Paul antes de subir al coche de Ulrik— No hemos querido…
—Lo sé, ahora hablaré con ella. Intenta averiguar qué componentes tiene —le señaló el frasco de la muestra de arena que Paul llevaba en el lateral de la mochila.
Mark observó el coche de Ulrik hasta que se fue. Yen mantuvo su vista al frente con orgullo todo el tiempo. Respiró hondo, ella no era prioritaria. Se giró y encontró a Cinthya, su presencia tras él, sería la razón por la que Yen no se detuvo en mirarle ni para despedirse.
—Me voy ya también — dijo ella.
—Estaría bien que te quedaras —le respondió él y Cinthya sonrió— Quizás se te de mejor a ti hablar con Halia.
Cinthya miró al cielo, ya estaba oscuro.
—Puedes quedarte en la habitación de Adam —Mark hizo una pausa— Pero si no, yo mismo te acompañaré.
—Solo te dejaré acompañarme si Halia viene contigo —ambos sonrieron, pero al instante Mark se puso serio de nuevo.
—¿Qué piensas? —le preguntó a Cinthya.
Ella lo miró.
—Realmente esperaba que ocurriera algo con ella. No exactamente esto pero… ¿qué esperabas tú?
Se hizo el silencio. Se oyeron el sonido de los platos en el interior de la casa. Halia no había tardado en comerse su cena. Ulises salió de la casa dirigiéndose como un rayo hacia los setos.
—¡No te alejes! —le gritó Halia saliendo de la casa.
Cinthya y Mark la observaron. Ella giró su cabeza hacia ellos. Era sorprendente cómo aun sin hablarle, ella podía saber donde estaban.
—Cinthya —la llamó Halia— Me alegra que te hayas quedado.
Para Halia era más cómodo hablar con su tío con Cinthya cerca. Mark se mostraba más comprensivo y abierto con la presencia de Cinthya, nada que ver con la tensión que producía Yen.
—Tío Mark —dijo Halia con preocupación.—Perdí mi carcaj en el bosque cuando fui a buscaros…
—No te preocupes por él, compraremos otro —le respondió él sin darle importancia.
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Cazadores de Titanes: La cuarta raza
FantastikUna isla al norte de Noruega queda aislada, remolinos en el agua y en el cielo hacen que barcos y helicópteros acaben en las profundidades del mar. Halia, una joven invidente, vive en esa isla donde testigos dicen ver criaturas en el cielo, la monta...