Capítulo 8 - La declaración.

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Cuando menos nos dimos cuenta, era hora de volver a casa. La verdad es que no me apetecía nada volver, quería estar más tiempo paseando con él.

-Bueno, pues parece que es hora de volver a casa.. -dije algo entristecida.

-Quizás.. -miró Fran hacia abajo. -Pero antes quiero decirte algo, muy importante.

Ay, ¿qué será? Espero que me lo diga ya porque sino, saldré loca.

-Y-y.. ¿Qué es? -dije bastante nerviosa.

-Ya sabes que me gustas desde que te vi. -hizo una pausa, para coger aire. -Y.. Ya sé que llevamos muy poco hablando, nos hemos visto dos veces contadas en persona, pero.. -mira hacia el suelo y levanta la vista de repente . -Hablamos todo el día, desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir. Y.. Quería decirte que..

Oh dios mío, creo que voy a morir de los nervios.

-Querías decirme que.. -dije para que se animara a decirlo de una vez.

-¿Quieres.. Intentarlo conmigo? -me cogió de la mano, mirándome a los ojos, fijamente.

Ashdhsjajej, estoy sin palabras, osea, ¡que me ha pedido que salga con él! Reacciona Carlota, di algo, ya.

-Yo.. Estaba deseando que me lo dijeras.. Y.. -dije haciendo una pausa. -¡Claro que quiero!

Seguido de esto, nos dimos un abrazo, acompañado de un dulce beso, esta vez más corto y con menos pasión que el de antes.

De camino a mi casa, nos cogimos de la mano entrelazando nuestros dedos, los cuales encajaban a la perfección, como si fuera mi mitad.

Al llegar a mi casa, nos quedamos frente a frente, no eran necesarias las palabras, cuando la mirada lo decía todo. Poco a poco nos íbamos acercando. Estábamos a milímetros de darnos un beso, hasta que un grito nos asustó haciendo que nos diéramos un cabezazo.

¡Ouch! Justo en el mejor momento, espero que el dueño o la dueña de esa voz, tenga algo importante que decir.

-¡CARLOOOOOTA! -se le escuchó a alguien que venía corriendo a lo lejos.

-Oh, es Lluvia. -puse los ojos en blanco. -Espero que sea importante.

Lluvia llegó hasta nosotros, fatigada.

Te odio, Lluvia.

-¡CARLOTA, CARLOTA! -gritó en mi oído.

-¡LLUVIA, ESTOY AQUÍ, A TU LADO! NO HACE FALTA QUE ME VOCEES, ¿VALE? -me puse roja, solo me faltaba echar humo por las orejas.

Fran se reía al verme tan alterada. Lo peor era que Lluvia también se estaba riendo en mi cara al verme tan colorada.

-¿Te he dicho ya lo graciosa que estás colorada? -dijo Lluvia riendo.

-No. -la miré mal. -¿Qué querías?

-Quería saber si estáis juntos, osea, saliendo, novios, ya sabes.

-Sí, estamos saliendo, desde hace 10 minutos exactamente. -se me dibujó una sonrisa tonta en la cara. -Pero cariño mío, ¿has venido gritando para sólo preguntar eso?

-Sí, es que os he visto desde lejos y se os veía tan monos que no he podido evitar molestaros, sorry chicos. -se echó la mano a la cabeza. -¿Podéis besaros delante de mí? Es que quiero veros.. -dijo poniéndonos deditos.

-¡Claro! -aceptó Fran, que llevaba un rato sin decir una palabra.

Volvimos a mirarnos, y nos fuimos acercando hasta que nos unimos en un beso, un largo beso. Sentía como un cosquilleo en el estómago, era bastante agradable.

¿Qué es este cosquilleo? ¿Serán las famosas mariposas de las que habla la gente?

No quería dejar de besarlo. Hasta que otra vez esa voz chillona nos interrumpe de nuevo.

Creo que mataré a Lluvia, sí, decidido.

Hermanos desconocidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora