Capítulo 18 - Vuelta a casa por sorpresa.

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Al poco tiempo, sonó el móvil de Lluvia. Ella lo miró y me lo pasó.


-¿Lluvia? -dijo su madre al descolgar.

-No, soy Carlota.

-Vale pues ya estoy casi al lado, sal hacia la puerta.

-Voy enseguida, me despido y voy corriendo.

-Vale cielo, lo que necesites, hasta ahora.

-Hasta ahora, y muchísimas gracias.


Salí de la cabaña acompañada de Lluvia y fui hacia donde estaban Fran y Marcos.

En cuanto Fran me vio salió corriendo hacia mí.

-Mi vida... ¿De verdad te irás? -dijo apenado. -No puedo ir contigo... Lo siento...

-Sí cielo, no quiero estar aquí más, no me siento agusto, ya sabes... -miré hacia el suelo. -Y no pasa nada...

Fran puso la mano en mi barbilla y me levantó la cabeza.

-Nada de agachar la cabeza cariño, ¿vale? -me abrazó.

-Vale... Te quiero. -también le abracé.

Al separarnos, me despedí de Marcos dándole dos besos y de Lluvia dándole un fuerte abrazo.

Me alejé poco a poco de ellos, estaba tan sólo a dos pasos de la salida cuando el líder se plantó delante de mí.

-¿A dónde crees que vas? -me miró furioso. -Tú y yo tenemos algo pendiente... -fue a agarrarme cuando alguien le empuja.

Miré hacia atrás y era la madre de Lluvia.

Gracias a dios que has llegado, porque te prometo que si me coge lo mato a patadas ninja.

-¿Qué crees que haces? -dijo la madre de Lluvia.

-Esto... Yo... Quería darle un premio por haber ganado... -se rascó la cabeza.

Entonces salté, no pude evitarlo.

-¡Tú no querías darme ningún premio por haber ganado! -me miraron ambos. -¡Tú me querías violar, y prometo denunciarte!

Antes de que dijera nada, cogí de la mano a la madre de Lluvia y nos fuimos hacia el coche.

De camino a mi casa, estuvimos hablando de lo que me hizo aquel monstruo, y estaba de acuerdo conmigo en denunciarlo, que ella misma hablaría con mi madre.

Cuando llegamos, abrí el coche y me cogió del brazo.

-Carlota. -dijo seria.

-Di-dime. -tartamudeé algo nerviosa.

-Mañana hablaré con tu madre, ahora dile que estás aquí porque te encuentras mal, ¿vale?

-De acuerdo.

Me soltó y fui hacia mi casa.
Abrí la puerta y pude escuchar como mi madre discutía mientras hablaba por teléfono, así que me escondí y me dispuse a escucharla.

-Oh vamos, pero si el culpable fuiste tú. -dijo en tono enfadado.

-[...]

-¡¿Qué?! ¡ERES UN FALSO! -gritó.

-[...]

-Me engañaste con mi mejor amiga, ¿Crees que te voy a perdonar? Por favor, olvídate de mí y avisa a tu hijo para que deje en paz a mi hija, ¿vale? Como se entere de que tú eres su padre me odiará, no puede haber contacto entre ellos, ¿queda claro?

-[...]

-¡Nada más que hablar!

Mi madre colgó el teléfono y lo tiró al suelo.

Me quedé totalmente petrificada, me resbalé por la pared poco a poco hasta quedarme sentada en el suelo.

Osea... ¿Qué acaba de suceder? ¿El padre de Fran es mi padre? No entiendo nada. ¿Era de él de quien estaba hablando?

Mi madre se levantó y fue hacia donde estaba yo. Al darme cuenta de que venía hacia aquí, escondí la cabeza en mis piernas.

Narra Marina.

Me levanté del sofá y fui hacia la cocina a beber un vaso de agua, estaba agotada de haber mantenido esa conversación tan agitada.

Me muero si Carlota se entera de todo esto...

Yendo hacia la cocina escuché una pequeña tosecilla, entonces, me agaché y caí hacia atrás del susto.

-¿Car-Carlota? -tartamudeé al encontrarmela con la cabeza escondida en sus piernas.

-Mamá... Dime que no es verdad lo que acabo de escuchar.

-¿Lo has oído todo verdad? -pregunté entristecida.

-Sí... Me gustaría que me lo explicaras... No te odiaré...

Le di una mano para que se levantara y las dos nos sentamos en el sofá.

Comencé a contarle todo lo sucedido años atrás...

Hermanos desconocidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora