Capítulo 3 - Noche sin dormir. [PARTE 2]

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—¡Hala nena! Estás preciosa. —dijo Lluvia mirándome de arriba a abajo.

—Exageras. —dije riéndome. —Voy a despedirme de mi madre, estoy aquí enseguida.

Fui hacia el salón, me acerqué a mi madre y me despedí con un beso en la mejilla y un abrazo.

—Ten cuidado hija, cualquier cosa llámame y voy enseguida a por ti, ¿vale?

—Sí mamá, a la 1:30 estoy aquí, te quiero. —le dije diciéndole adiós con la mano.

Fui hacia la puerta, me cogí del brazo de Lluvia, cerré la puerta y nos fuimos.

—A ver señorita loca, ¿dónde piensa llevarme?

—A la discoteca de aquí al lado, hay unos chicos muy guapos, ya verás. —dijo mientras me daba pequeños codazos.

—Osea.. ¿ME HACES VENIR POR UNOS CHICOS QUE HAY O QUÉ? —dije en un tono alto enfadada.

—No, no, osea, por un lado sí.. —respondió mirando al suelo. —Yo solo quiero que te diviertas Carlota, si quieres nos vamos..

Me sentí muy mal por haberle hablado en ese tono tan alto. Lluvia tenía razón, sólo intentaba que me divirtiera y ahora voy y le grito..

—Lo siento Lluvia, no era mi intención gritarte, de verdad..

—No te preocupes, ¿vale? —dijo con una pequeña sonrisa.

Seguimos andando durante unos minutos y porfín llegamos. Había un hombre en la entrada, que permitía o denegaba la entrada a la gente. Nos pusimos a la cola.

—Lluvia, ese tío no nos va a dejar entrar. —le dije mientras lo miraba.

—Claro que sí, tú no te preocupes por eso, lo conozco.

Pasaron los que estaban delante de nosotras. Cuando nos tocaba a nosotras, el chico que estaba nos miró de arriba a abajo, le echó una pequeña sonrisa a Lluvia y nos abrió la puerta. Me quedé alucinando.

—¿De qué lo conoces?

—De unos asuntillos el otro día.. —dijo mirando hacia arriba, haciéndose la despistada.

—No me lo puedo creer. —le dije riéndome. —Aunque sinceramente.. Está bastante bueno.

—Si yo controlo, te lo tengo dicho, si quieres algún churri, déjame que te lo elija, que nunca fallo. —me dijo dándome un azote en el culo.

Estando dentro, fuimos hacia la barra. La música estaba muy fuerte, con lo cual, para hablarnos teníamos que gritar para escucharnos. Cuando llegamos, en la barra había dos muchachos, muy altos. Uno moreno de ojos verdes, y el otro castaño de ojos cafés. Cuando nos ven, se acercan a nosotras.

—Hey guapas. —dijo el moreno de ojos verdes. —¿cómo os llamáis?

—Hola majos, yo soy Lluvia, y ella es Carlota. —dijo Lluvia, emocionada.

—Lluvia, puedo presentarme yo sola. —dije mirándola mal.

—Sí, sí.. ¡Bueno! ¿Cómo os llamáis vosotros? —dijo Lluvia.

—Yo soy Marcos. —contestó el moreno. —y él es Fran. —dijo señalando al rubio de ojos cafés.

—Hola.. —dijo mientras me miraba.

Fran parecía un chico bastante vergonzoso, como yo, en cambio, Marcos era exactamente igual que Lluvia, dicharacheros y parlanchines. Estuvieron hablando durante toda la noche, incluso se fueron a bailar dejándonos a Fran y a mí solos.

—¿Qué edad tienes Carlota? —preguntó sonrojado.

—Tengo 17 años, ¿y tú?

—Este mes cumplo los 18, el 27. —dijo con una sonrisa tímida.

—Yo hasta noviembre no los cumplo. Soy una enanita. —dije riéndome de mí misma.

Con mi risa pude contagiar a Fran, que acabó riéndose a carcajadas con lo que dije.

Hermanos desconocidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora