Capítulo 17 - "Me quiero marchar de aquí"

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Narra Fran.

Cuando Carlota despertó, me zarandeó como con urgencia.

—¡Fran, Fran despierta! —me zarandeó fuertemente.

—¿Qué pasa cielo? ¿Ha vuelto? —miré sus ojos.

—No... No ha vuelto, pero yo me quiero ir de aquí, por favor, quiero irme. —rompió a llorar de nuevo.

—Amor, cómo vamos a irnos... Estamos a muchos kilómetros de distancia, andando no llegaríamos nunca... —dije agachando la cabeza.

—Se lo diré a Lluvia y su madre me recogerá. —se levantó y se dispuso a salir de la cabaña.

—Eh... ¡Espera! —se paró al oírme.

—¿Qué sucede?

—Si tú te vas... Yo me voy contigo. —dije decidido.

—¿De verdad? —se le iluminaron los ojos de tal manera que superaba hasta al mismo sol.

—De la buena. —sonreí.

Nos fundimos en un fuerte abrazo y un dulce beso.

Cuando nos separamos de nuestro abrazo, nos dimos la mano y fuimos a hablar con Lluvia, la cuál se encontraba en la cabaña, con Marcos.

Al entrar por la puerta, miró a Carlota y rompió a llorar. Seguro que Marcos le había contado todo.

—¡Carlota! —gritó y fue hacia ella.

La abrazó con todas sus fuerzas, se notaba que había estado muy preocupada por ella.

—Bueno, Marcos y yo daremos una vuelta por aquí para asegurarnos de que el líder no viene, hablad vosotras aquí. —cogí a Marcos de brazo y salimos de la cabaña.

Narra Carlota.

Cuando entré a la cabaña, Lluvia me miró y rompió a llorar. Marcos le tiene que haber contado todo en mi ausencia.

Corrió hacia mí y me abrazó con todas sus fuerzas, se le escuchaba susurrar: "lo siento por el juego, lo siento..."

¿A qué juego se referirá?

Entonces Fran intervino.

—Bueno, Marcos y yo daremos una vuelta por aquí para asegurarnos de que el líder no viene, hablad vosotras aquí. —cogió a Marcos del brazo y salieron de la cabaña.

Lluvia y yo nos separamos del abrazo y nos sentamos en la cama, una enfrente de la otra.

—Carlota, quería pedirte perdón. —agachó la cabeza.

—¿Perdón por qué? —pregunté extrañada.

—La idea fue mía... La de escondernos todos y darte una sorpresa, nunca pensé que el líder... Ya sabes... Agh... Lo siento... —volvió a romper a llorar.

Me quedé asombrada, ella lo organizó todo.

Lo organizó ella... Meh, no fue con mala intención...

—¡No te preocupes! —sonreí. —No fue con mala intención, tranquila.

—¿De verdad que no te enfadas? —se limpió las lágrimas.

—De la buena. —la abracé.

Nos volvimos a dar un fuerte abrazo.

Al separarnos, me quedé seria mirándola y se lo dije.

—Lluvia, quiero irme de este campamento, pero a mi madre no puedo decírselo, se enfadaría. —hice una pausa. —¿Podríamos decírselo a tu madre? Por favor...

—Claro tía, voy a llamarla, ¿quieres que me vaya contigo? —dijo buscando el teléfono.

—Eh... Dijo Fran que se vendría conmigo... —agaché la cabeza.

—¡Aquí está! -sacó el móvil. —Oh no te preocupes, así podremos ganar a la tonta de Lucía. —me acercó el móvil. —Toma, háblale tú.

—De acuerdo. —cogí el teléfono y le sonreí.

¿Lluvia?

—No, soy Carlota.

¿Ha sucedido algo? —se le notó cierto tono de preocupación.

—No tranquila, tan sólo llamaba para... —hice una pausa. —Pedirte un pequeño favorcito...

Cuéntame cielo, recuerda que puedes tratarme como si fuera tu madre.

—Ha sucedido algo con el líder del campamento y me gustaría... —tragué saliva. —Volver a casa.

¿Tu madre lo sabe?

—No, no, esa es la idea, si se entera ni me dejará volver después de lo que le cansinee para venir, necesito que me lleves a mi casa... —se me entrecortó la voz.

Tranquila cielo, no llores, voy a por ti, cuando esté cerca te llamo, ¿vale?

—Vale... Gracias.

Nada cielo, hasta ahora.

—Hasta ahora.

Le di el teléfono a Lluvia y la miré.

—¿Qué dice? —cogió el teléfono y lo guardó.

—No... No lo guardes, volverá a llamar cuando esté cerca. —sonreí.

Lluvia me volvió a abrazar fuerte como cuando me ha visto al llegar a la cabaña.

Gracias mejor amiga... Te quiero.

Hermanos desconocidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora