Capítulo 6 - La quedada. [PARTE 1]

85 8 0
                                    

—Hey mamá. —dije acercándome a ella. —¿Necesitas ayuda?

—Que va hija. —me respondió mirándome con una sonrisa. —La mesa está puesta, está todo listo para comer, siéntate, que enseguida pongo los platos y comemos.

—¡De acuerdo!

Fui hacia el salón, cogí el mando de la tele y puse "Los Simpsons". Era mi serie de dibujos favorita, me reía mucho. Mi madre enseguida apareció con los platos repletos de comida, creo que se había pasado echándome comida.

—Mamá, creo, y solo creo que te has pasado con la comida. ¡Voy a explotar!

—¡Que exagerada! —dijo rompiendo a reír. —¡Siéntate y come, anda!

Así que eso hice. Me senté y comencé
a comer. La verdad es que estaba muy bueno, pero había mucho, no sabía si podría con todo. Para entretenerme decidí contarle a mi madre que había quedado con Fran a las 16:30.

—Mamá. —dije en tono decisivo.

—Dime Carlota.

—Ayer conocí a un chico. —dije mientras seguía comiendo, evitando en contacto visual.

—¿Anda sí? —dejó el tenedor y se preparó para disparar todas las preguntas.

—Espera, espera mamá, antes de que te conviertas en una metralladora de preguntas, quiero decirte que he quedado con el a las 16:30. —dije interrumpiendo sus preguntas.

—Vale hija, me alegro, pero ahora, mis preguntas. ¿Cómo se llama?

—Fran

—¿Qué edad tiene?

—Hace 18 este mes, osea, tiene mi edad.

—¿Cómo es?

—Castaño, ojos cafés, un poco más alto que yo.

—¿Está delgado?

—Sí mamá, ¿qué más da eso?

—Era sólo una pregunta. —dijo cogiendo el tenedor. —Ya he acabado mi tanda de preguntas, esta noche te haré más.

—¡Ay! Esta noche viene Lluvia a dormir, ¿vale?

—Vale, pero tu tanda de preguntas tendrás.

—Lo sé mamá, lo sé.

Comenzamos a reírnos sin parar. Incluso yo me atraganté con la comida de lo que me estaba riendo.

Cuando acabamos de comer, ayudé a mi madre a recoger, como siempre. Una vez que acabé de ayudarla miré la hora. Las 16:00. "Pues más me vale darme prisa, tengo sólo media hora para prepararme", pensé. Así que salí corriendo a mi habitación para elegir ropa.
Abrí mi armario, miré de un lado para otro. Acabé eligiendo algo sencillo, un short negro, que era demasiado corto y una camiseta de tirantes gris, que me llegaba por encima del ombligo.
Fui al baño y me cepillé el pelo. No tenía muchos problemas, ya que mi pelo era liso. Me maquillé un poco y.. ¡Listo! Miré la hora y eran las 16:28. Seguro que Fran estará llegando. Fui hacia el salón, donde estaba mi madre viendo la tele.

—Mamá, ¿voy bien? —dije dándome una vuelta.

—Si hija, me gusta. —dijo ella. —Pero.. ¿No son muy cortos tus pantalones?

—Sí, pero bueno, ¡es verano! —dije riéndome.

De pronto sonó el timbre. Mi madre me hizo una señal de que fuera a abrir. Salí corriendo y abrí la puerta. Era Fran. Me miró de arriba a abajo.

—Qué guapa estás Carlota.

—Tú también lo estás. —dije con una sonrisa de oreja a oreja.

El iba con unos pantalones por la rodilla, ajustadísimos, y una camiseta de manga corta azul. Estaba bastante guapo, había que reconocerlo.

—¡Mamá, me voy ya!

—Vale hija, tened cuidado.

Cogí el móvil y las llaves y salí de casa. Nada más cerrar la puerta, Fran me dio un abrazo. Un abrazo muy fuerte, como los de anoche.

—Me moría por darte un abrazo, ¿sabes? —dijo Fran.

—Yo también.. Hueles tan bien.. —dije cerrando los ojos.

Hermanos desconocidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora