X

1.4K 158 7
                                    

 

Cuando me propuse invocar a Azazel, me imaginaba un monstruo de tres ojos, con cuernos y la piel roja —no cuestionen mi imaginación– pero lo que menos me esperaba es lo que mis ojos están viendo en estos momentos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando me propuse invocar a Azazel, me imaginaba un monstruo de tres ojos, con cuernos y la piel roja —no cuestionen mi imaginación– pero lo que menos me esperaba es lo que mis ojos están viendo en estos momentos.

Cuando la luz se fue lo suficiente para dejarme abrir los ojos, la figura de mi padre aparece ante mí, rodeado por una cortina de humo.
Es mi padre, pero no lo es.

—¿Cómo te atreves? —A penas puedo pronunciar las palabras por la furia que me consume.

—Necesito un «envase» para venir a la Tierra. —Es la voz de mi padre, pero totalmente diferente.

El inconfundible color marrón oscuro de los ojos de mi papá, fue reemplazado por unos ojos amarillos, y el bronceado que era habitual en él, ahora es una piel totalmente pálida, como porcelana. Completamente blanca.

Sin embargo, lo que más me sorprende son el par de alas que salen de sus omoplatos. ¿Los demonios tienen alas?
Sus alas son negras, haciendo contraste a su blanquecina piel. Aunque éstas parecen estar como quemadas, destruidas.

Lleva puesto un traje negro cuidadosamente arreglado, con una rosa roja en el bolsillo de la chaqueta.

—Una foto te duraría más. —La rabia vuelve a nacer en mí al escuchar su voz.

—Maldito hijo de... —Me interrumpe.

—Sí, sí, lo que digas. ¿Han llamado sólo para insultarme?

Miro a mi abuela en busca de ayuda, pero ella está en un rincón mirando todo con una calma sorprendente.

—No, no es eso... —Vuelve a cortar mi frase.

—¿Entonces para qué me has llamado? —Su arrogante mirada recorre todo el lugar y se detiene por fin en mi abuela—. Me invocan en lo que parece ser un galpón, una vieja y un niño. Después preguntan por qué odiamos a los humanos.

Estoy completamente sin palabras. De repente toda la valentía que había reunido para hablar con él, se esfuma dejando sólo miedo y timidez.

—¿Sabes quién soy? —Sus ojos amarillos no dejan de mirarme lo que hace que me sienta más intimidado. Es como si pudiera ver a través de mis pensamientos, directamente a mi alma.

—Claro. —Su rostro pálido adopta una expresión divertida, ¿Es tan gracioso lo que pregunté?— Dylan Bennett. Hijo de Eric Bennett, el que había intentado matarme reiteradas veces, ya verás como acabo... —Se señala a sí mismo con las manos. Las manos de mi padre.

Mi abuela ahoga un grito de sorpresa, y es el primer sonido que hace desde que Azazel llegó.
¿Mi padre intentó matarlo? ¿Es por eso que no me deja en paz?

Dirijo mi mirada a mi abuela, intentando buscar respuestas, pero está completamente paralizada, el color abandonó su rostro rápidamente, y de repente temo que se desmaye.

Dylan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora