"Dylan Bennett puede usar la magia." Era un buen encabezado.
Si viviéramos en un mundo donde todos conocieran la existencia de la magia, y todos pudieran ver fantasmas y esas cosas que solo los raros como yo pueden hacer.
Pero no.
El único encabezado que esa frase va a llenar, es el del Infierno.
Me encontraba sentado en la biblioteca, en el suelo para ser exactos. Había perdido la cuenta del tiempo que había estado sentado en esa posición. Estaba así desde que Lilith desapareció. Como si esperara que viniera el mismísimo Lucifer a matarme. Lo cual, a medida que me sumergía más y más en mis pensamientos, no descartaba.
Salgo de mi ensimismamiento al escuchar el grito de alguien. Me levanto apresurado, esperando encontrarme con un demonio, pero en su lugar, solo veo a el bibliotecario, que mira con una mezcla de tristeza y rabia al estante roto y a los libros desparramados por el suelo. En un momento su mirada cruza con la mía, y en cuanto me ve, me señala con un dedo acusador.
—¡Tú! —Camina a pasos apresurados hacia mí, pero yo no me muevo— ¿Qué le hiciste a mi biblioteca?
Me dio pena, probablemente lo despidan o algo del estilo.
Ignoro al bibliotecario, que se queda perplejo al ver que paso a su lado sin decir nada, dirigiéndome a la salida. Todavía no encuentro a Logan, que era mi objetivo principal.
De fondo escucho los gritos e insultos del bibliotecario. Pero sigo de largo. Una vez en los pasillos, voy hacia la habitación. Si no lo encontraba ahí tendría que pedirle ayuda a Lydia o a mi abuela.
Cuando abro la puerta de mi habitación hay una persona, pero no la que estoy buscando.
—Hola... —Dice tímidamente.
Era raro escuchar un tono de timidez en la voz de Lydia, así que me acerco y me siento a su lado.
—¿Qué pasa? —No se por qué siempre tiene que pasar algo. Hace tanto que no tengo un día tranquilo.
—Nada —Juega con sus manos mientras mira hacia el piso—, quería verte.
Los engranajes de mi cerebro no captan la idea del comentario de Lydia. Así que me quedo en silencio.
—¿Por qué? —La pregunta salió antes de que la pensara.
Lydia lanza un suspiro frustrado.
—Porque eres mi novio. —Me mira fijo, y yo no puedo evitar pensar en la primera vez que la vi. Parecía que fue hace siglos—. ¿Lo eres?
—¡Claro! —Mi respuesta es inmediata pero me quedo pensando en la pregunta más de lo que debería. Si bien es verdad que no estamos mucho tiempo juntos, Lydia me gusta. Me gusta mucho.
Y también era verdad que últimamente no dejaba de pensar en demonios y magia. Era una locura. ¿En qué momento pase de ver simples espíritus a controlar la magia?
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Dylan.
ParanormalDylan es un chico que, desde que nació, puede comunicarse con fantasmas. Al llegar a la edad de 20 años decide evitar todo lo paranormal y tener una vida normal, yendo a la universidad. ¿Podrá evadir el destino que su padre le dejó al morir? [Fina...