Lilith rodea la mesa acercándose a nosotros.
—Eres más lindo de lo que me imaginaba.
Y ella es más alta de lo que parece. Casi tengo que levantar la cabeza para mirarla a los ojos.
—¿Los dejo solos, mi señora? —Era raro escuchar a Azazel hablándole con respeto a alguien.
Sinceramente no quería quedarme solo con Lilith. Me daba escalofríos. Y como si hubiese escuchado mis pensamientos (que quizás hizo) la Madre de los Demonios le responde:
—No, quedate. Luego tendrás que acompañarlo a la salida.
—¿La salida? Pero, mi señora, pensé...
—Pensaste mal. —Lilith lo fulmina con la mirada y este agacha la cabeza.
¿Iba a salir? Es decir que no me iban a matar. Por alguna razón eso no me alivia.
—¿Me va a dejar ir? —La frase me salió más desesperado de lo que en realidad estoy. Inexplicablemente, estar en el Infierno me calmaba. Me sentía más fuerte. Y eso no podía ser normal, ¿verdad?
—Depende. —Lilith sonríe dejando ver una dentadura perfecta. Se da la vuelta y revuelve entre las cosas que hay en la mesa.
—¿Depende de qué?
—De lo que seas.
Me toma unos minutos entender de lo que habla.
—¿Esto es porque no me afecta la magia? —No se me ocurría otra cosa— Yo soy humano, mis padres son humanos. Esto es una idiotez.
Azazel me golpea con el codo levemente.
—¿Idiotez? —Esta vez sus ojos son rojos. Doy un paso atrás instintivamente.
"Será mejor que le hables con más respeto a la jefa. No dudará en matarte ante la primera burla."
Recuerdo lo que me había dicho Azazel, pensé que estaba bromeando...
—Bueno...no... es que no sé cómo piensa averiguar qué soy.
Lilith me dirige una sonrisa que en otras circunstancias hubiese resultado bonita. Azazel ríe a mis espaldas, como si ambos se rieran de un chiste que yo no entiendo.
—Voy a hacer un par de... pruebas —Se acerca a mí. Quiero retroceder pero algo invisible me lo impide—, experimentos. Y si eres algo interesante te quedas, y si no, te puedes ir.
—¿Va a experimentar conmigo?
De cualquier manera sonaba mal. Pero no tuve mucho tiempo para preocuparme, cuando me di cuenta ya tenía a la Madre de los Demonios sujetando mis manos, inmovilizándome.
Tenía un frasco de un líquido oscuro en la mano que derramó su contenido en mi boca. Lo último que vi, antes de que todo se volviera negro, fue su hermoso y diabólico rostro.
~ ~
Lo primero que vi fue un bosque, no como en el que había estado con Azazel. Este era mucho más luminoso. Después me di cuenta de que era un sueño, me había desmayado luego de que Lilith me diera de beber un liquido extraño. Entonces debo seguir inconsciente, soñando con este lugar.
Todo estaba cubierto de maleza y se escuchaban varios pájaros cantar. Intento buscar un camino que me lleve a algún lado, y cuando lo encuentro, no sólo hallo el camino, en éste se encuentra una chica que corre por el camino, lejos de mí. Por alguna razón sé que tengo que seguirla.
Corro por el bosque persiguiendo a la extraña chica. Lleva puesto un vestido blanco, largo y suelto. Su pelo rojo ondea con el viento. La chica corre y mira para atrás, sonriéndome. Invitándome a seguirla. A pesar de la distancia puedo notar el color de sus ojos, son rojos. Pero eso no me impide seguir con la persecución.
Ella se detiene repentinamente haciéndome chocar contra su espalda. Se da la vuelta y me abraza.
—Mi niño, pensé que nunca te conocería. —Miro sorprendido a la chica, la cual tenía una expresión de amabilidad, a pesar de los ojos rojos...—Mamá te extrañó mucho.
Esperaba encontrarme con mi madre, pero es una mujer completamente diferente. Diría que es igual a mí, sólo que con otro color de ojos...
¿Por que me había dicho que era "su niño"?
Sabía que era un sueño, probablemente producto de el líquido que me habían obligado a tomar, pero no podía dejar de pensar en esa simple frase.
"Mamá te extrañó mucho."
~ ~
—No se despierta, quizás lo has matado.
—Si se ha muerto sólo por tomar el líquido, entonces es mucho más débil de lo que pensábamos.
Escucho vagamente las voces de Azazel y Lilith, lo que me confirma que aún sigo en la caseta del bosque.
Intento incorporarme pero la cabeza me da demasiadas vueltas. Veo que los dos demonios están discutiendo algo sobre mí, pero me están dando la espalda por lo que todavía no vieron que no me morí.
Finalmente digo:
—No me he muerto, ¿me puedo ir? —Sonrío altaneramente.
No sé si debería estar feliz de que el líquido no me haya matado, eso significa que soy inmune a lo que sea ese liquido.
Significa que no soy humano.
El terror invade repentinamente mi cuerpo, y los recuerdos de mi sueño vuelven a mí.
¿Mi madre? Esa no era mi madre. Era un demonio.
—Veo que has recordado algo. —Lilith tiene ahora una sonrisa espeluznante en su cara.
Ambos demonios se miran como si estuvieran hablando en silencio. Y, como si llegaran a un acuerdo que desconozco, asienten y Azazel me dice:
—Eres raro Bennett. Quizás el primero de tu especie. —Más confundido no podía estar, y lo que acababa de decirme no me aclaraba las cosas en absoluto—. Pero no eres una amenaza, por ahora. Así que puedes irte. Te buscaremos tarde o temprano.
Lilith de acerca a mí y me ayuda a pararme.
—De algo estoy segura —Me rodea con sus delgados brazos causándome escalofríos—, tienes sangre de demonio en ti, Dylan. Eres interesante.
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Dylan.
ParanormalDylan es un chico que, desde que nació, puede comunicarse con fantasmas. Al llegar a la edad de 20 años decide evitar todo lo paranormal y tener una vida normal, yendo a la universidad. ¿Podrá evadir el destino que su padre le dejó al morir? [Fina...