Do we have a deal? || Stydia

22.

Al día siguiente de pasar toda la tarde con Stiles y olvidarme así del lío en que me había metido respecto al triángulo amoroso entre mis dos mejores amigas y Scott, tocaba hacer algo de una vez. Al fin y al cabo, no podía permitir que Allison y Kira dejaran de hablarse por un chico, y puesto que yo había hecho crecer el problema, me sentía más que responsable de arreglarlo.

—¿Te pasas esta tarde por mi casa y estudiamos para la prueba de Química de la semana que viene?  —le pregunté a Kira nada más salir de clase.

Ella se lo pensó unos segundos, pero la respuesta no tardó en llegar.

—Vale, sin problema —confirmó—. Iba a empezar a estudiar hoy, así que mejor hacerlo acompañada.

Perfecto, ya solo me quedaba convencer a la otra mitad del equipo. Porque no, no tenía pensado empezar a estudiar hoy, pero no entraba en mis planes decirle a Kira que se pasara por casa para que hiciera las paces con Allison. Así no iba a llegar a ningún lado, por lo que solo me quedaba recurrir a la mentira. Desde que mi relación con Stiles era eso mismo, una mentira, hasta le había cogido el gustillo.

—Muy bien, nos vemos a las seis. —No le di oportunidad de objetar, ya que enseguida me despedí de Kira y me alejé.

Sin más dilación, busqué a Scarlett y las dos pusimos rumbo a mi coche. Como en Inglaterra conducen por el lado contrario, mi prima me había pedido unos días atrás si podía enseñarle a conducir con el volante a la izquierda. Al principio no me hizo ninguna gracia, pero no tardé en concluir que tenía que aprender a hacerlo si no quería tener que ser siempre yo la que la llevara a los sitios cada vez que quisiera hacer algo.

Así pues, bajo mi vigilancia, Scarlett conducía el coche de casa al instituto y viceversa. No lo hacía nada mal, eso había que concedérselo, por lo que me pude relajar y centrarme en el móvil. Al tener las manos libres, me dispuse a mandarle un mensaje a Allison.

Deberíamos empezar a estudiar, ¿vienes a mi casa a las seis y vamos mirando el temario?

-L

Solo esperaba que dijera que sí. Habría preferido decírselo en persona, porque de ese modo me habría sido más fácil convencerla de que había que estudiar, pero su respuesta no tardó en llegar, y fue afirmativa.

Nada más llegar a casa, me preparé mentalmente unas cuantas frases para empezar una conversación que tenía mis dudas de que fuera a terminar en buenas condiciones. Conforme pasaba el tiempo, me ponía más nerviosa, pues lo único que quería era que Allison y Kira volvieran a tener la misma relación que antes, y gran parte de ello dependía de mí.

Unos minutos antes de las seis, el primer timbre anunció la llegada de una de las dos, concretamente de Allison. La invité a pasar y la conduje a mi cuarto, las manos ya me estaban sudando por su reacción cuando se enterara de que Kira aparecería en cuestión de minutos.

Ding dong. El segundo timbre.

—¿Esperas a alguien? —preguntó mi amiga mientras sacaba el libro y una libreta.

—Voy a abrir. —Evité la respuesta rápidamente. ¿Para qué decirle nada  cuando lo iba a descubrir por sí sola enseguida?

Una vez abajo, metí a Kira en casa prácticamente de un empujón. Seguía nerviosa, pero cuanto antes arregláramos ese asunto, mejor.

—¿Por dónde vamos a empezar? —quiso saber Kira. Habíamos llegado ante la puerta de mi habitación, que empecé a abrir con decisión—. Había pensado que...

Su idea se quedó en el aire en cuanto avistó a Allison, que estaba sentada sobre mi cama.

—¿Kira? —Allison habló alzando las cejas, y enseguida se dirigió a mí—. ¿Qué hace ella aquí, Lydia?