04.

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—Entonces... ¿Quieres entrar? —pregunté delicadamente a Stiles, haciéndome a un lado de la puerta-. Hay cosas que debemos discutir, no me importaría que fuese ahora.

—Claro, encantado — Stiles entró en mi casa, inspeccionando todo con la mirada. Seguramente estaría pensando en lo inmenso que era el lugar, pero no dijo nada, por no incomodar, supongo.

—Toma asiento —dije apuntando al sofá en el comedor. Stiles me hizo caso y se sentó, algo tenso—. ¿Quieres algo para beber? ¿O quizá comer?

—Estoy bien, gracias. He comido antes de salir de casa, ni siquiera me ha hecho la digestión.

—Cierto, porque vives en la otra calle.

—Así es. Por eso te conocía de antes, además de clase. De vista, ya sabes —Yo asentí, entendiendo perfectamente a lo que se refería—. Entonces... ¿Qué debemos discutir?

—Los términos del contrato, por supuesto. —Su pregunta me pareció bastante obvia, ¿qué otra cosa podríamos discutir?

—Pensé que ya estaba firmado el acuerdo, que ya valía. Me pediste ser tu novio falso y lo seré. Ya está, ¿no?

—Ojalá fuese así. Conociendo a mi prima, querrá saberlo todo de nuestra relación. Por eso tenemos que organizarnos, en ningún momento puede darse cuenta de que esto no es real.

—Me parece bien. ¿Qué sugieres?

Pensé en mi prima, en cómo me contaba cada detalle de todas sus historias. Lo primero que me decía siempre era en lo que tendríamos que trabajar.

—Debemos acordar cómo nos conocimos y empezamos a salir.

—Nos conocimos en clase y empezamos a salir falsamente. Todo muy romántico.

Yo fulminé con la mirada a Stiles, no me agradaba su ironía. Y solamente llevaba unos cinco minutos con él.

—De acuerdo, veamos. Sí, nos conocimos en clase, pero tardamos más en salir —comenzó a decir él de nuevo—. Ambos nos mirábamos en clase y un día tomé la iniciativa y me planté frente a ti, diciéndote que tenía un crush contigo desde el tercer curso. Te dije también que, aunque hicieses parecer que eras una chica fría, en realidad tenías un alma humana en el interior. Además de que eras muy inteligente, algo que solamente yo parecía notar. Y que ganarías el premio Nobel de Matemáticas por ello. —Yo estaba totalmente perpleja ante las palabras de Stiles, ya que no pensé que fuera a decir algo tan detallado. No sabía cómo responder.

—La Medalla Fields —corregí al chico, con una tímida sonrisa, la primera que le dedicaba de verdad. Stiles parecía no haberme entendido, por lo que decidí explicarme—. No hay premio Nobel para las Matemáticas. Ganaría la medalla Fields. Un discurso precioso, la verdad. Scarlett quedará alucinada, eso seguro.

—Es que estás saliendo con Stiles Stilinski, ¿cómo no va a quedarse alucinada? —Levanté las cejas, curiosa. —Bueno, algo de confianza en mí mismo tendré que tener, ¿no?

—Claro, me parece estupendo —dije rodando los ojos—. Siguiente punto: delante de ella, será necesario que me llames de alguna forma cariñosa.

— ¿Qué te parece dulce? ¿Terroncito de azúcar? ¿Pastelito?

—No, por Dios, siento que me vas a cocinar —comenté asqueada—. Tiene que ser algo bonito y natural, nada empalagoso.

— ¿Pequeña? Por eso de que eres bastante bajita y tal.

— ¡Oye! —Le di un pequeño codazo, acercándome a él. —Estoy un poco por debajo de la media, nada más. —Stiles me miró chistoso—. Vale sí, soy muy bajita. Pequeña está bien.

Do we have a deal? || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora