Do we have a deal? || Stydia

32.

Fui al instituto algo preocupada. La repentina aparición de la ex novia de Stiles, Erica, en mi no-cita con Aiden no me daba buena espina. Por suerte, Aiden me dijo que había pasado una buena tarde conmigo, que se lo había pasado bien. Para mí eso ya era todo un logro, una persona tan importante como Aiden podría aburrirse con facilidad, pero conmigo no fue así.

Bajé de mi coche cogiendo mi bolso y me encaminé a la entrada del instituto cuando vi a Stiles bajarse de su jeep. Decidí que sería buena idea ir a saludarle y entrar juntos, por lo que me acerqué a él.

—Buenos días —dije sonriente, sobresaltando a Stiles.

—Ah, eres tú. Buenos días —dijo para nada animado. Por no hablar de su cara, que era todo un poema -en el mal sentido.

—¿Has dormido mal? ¿Te ha pasado algo? —pregunté preocupada.

—No, estoy perfectamente. ¿Y tú? ¿Ayer estuviste mal? Pues claro que no —respondió con un tono borde que no comprendía. Antes de que le pudiese contestar, él echó a andar. Aceleré mi paso para interponerme en su camino e impedirle continuar. Agarré su brazo para asegurarme—. ¿Qué demonios te pasa, Lydia?

—¿A mí? La pregunta más bien es qué te pasa a ti —contraataqué—. ¿Qué mosca te ha picado?

Stiles solamente se burló de mi comentario poniendo los ojos en blanco y soltándose de mi agarre. De nuevo, antes de que pudiese hacer algo, salió escopetado hacia clase. La mañana no había empezado nada bien, y no sabía si a lo largo del día cambiaría la cosa. Por supuesto que cambió, ya que en ese instante Aiden entró en el instituto con una completa sonrisa, tan grande que podría deslumbrar a cualquiera. Yo me quedé de piedra viendo que se dirigía hacia mí. ¿Venía hacia aquí?

—Hola, Lydia —me saludó, saludo al que yo correspondí—. ¿Lo pasaste bien ayer?

—Lo pasé de maravilla. Muchas gracias por llevarme ahí, Aiden. —El mal humor que Stiles había provocado parecía haberse esfumado por completo, gracias a mi amor platónico.

—Me alegro de que te gustase, yo también lo pasé muy bien. Incluso estaba pensando en que podríamos repetirlo... —Yo abrí los ojos como platos. ¿El mismísimo Aiden me estaba pidiendo quedar con él de nuevo?

—¿Como en una segunda cita? —pregunté.

—Bueno, técnicamente no es una cita, pero algo así. ¿Qué me dices?

—Tengo que consultarlo —dije, aunque yo quería gritarle ya directamente que sí y lanzarme a sus brazos. No lo hice, sin embargo; no quería parecer desesperada—. Hasta luego, Aiden.

Con una sonrisa, me dirigí a clase. No presté mucha atención, ya que me estaba imaginando el lugar al que podría llevarme Aiden. Era increíble, no solo no se había aburrido de mí, sino que quería volver a quedar conmigo. ¿Alguien más querría hacer eso? Claramente no, yo no era una chica que gustase a los chicos. ¿Y si al primer chico que le gustaba de verdad era a mi amor platónico? Creo que me estaba emocionando demasiado, pero ya era tarde.

Cuando el timbre sonó, salí rápido de clase para ir a la cafetería, para ver si de casualidad veía a Aiden también ahí. Sonaba un poco acosadora, pero me daba igual. Al acercarme a mi mesa vi que algunos del grupo ya estaban ahí, charlando y conversando entre ellos animadamente. Saludé a todos con una sonrisa, a lo que Allison frunció el ceño.

—¿A qué viene esa sonrisa?

—¿Cuál? —dije haciéndome la tonta.

—La que llevas pegada a la cara toda la mañana. ¿Ha pasado algo?