30.

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Las clases terminaron y todos salimos del instituto, con bastante prisa, al parecer. Era comprensible si teníamos en cuenta el cielo oscuro, totalmente nublado, anunciando una tormenta. Nadie quería que le pillase en medio de la calle, por lo que mucha gente salió rápidamente camino a su coche o al autobús, en cualquier caso. Bueno, y personas como Aiden y Scott en sus amadas motos. Mi mirada se dirigió inconscientemente a la plaza del aparcamiento habitualmente ocupada por el jeep de Stiles, pero estaba vacía. Se habría ido ya.

Me acerqué a mi coche y, cuando me disponía a entrar, vi una figura familiar sentada en el bordillo de la acera, perdida en sus pensamientos. Suspiré antes de acercarme junto a ella.

—¿Día duro? —pregunté.

Kira no se esperaba para nada mi presencia -o eso pensaba yo-, ya que se sobresaltó al momento.

—Lydia, ¿qué haces aún aquí?

—Podría preguntarte lo mismo. ¿Por qué no vas a casa?

—Espero a mi padre. No he traído hoy el coche a clase —me explicó.

—Bueno, pues no vas a esperar más para acabar empapada. Te acerco yo a casa.

—¿De verdad que no es molestia? —Yo negué con la cabeza—. Está bien. Gracias, Ly.

—De nada. Anda, vamos, entremos en el coche.

Las dos entramos en mi coche; yo en el lugar del conductor y ella en el del copiloto. Pensé en poner música, pero viendo lo distraída que estaba Kira, no lo hice. Efectivamente, unos minutos más tarde de salir del instituto, comenzó a llover. Observé cómo Kira miraba por la ventana las gotas de lluvia resbalar por el cristal, con la mirada perdida.

—Kira, ¿qué te ocurre? —pregunté, algo preocupada.

—¿Qué? ¿A mí? Nada —respondió demasiado rápido, casi como un acto reflejo. Yo arqueé una ceja incrédula antes de contestar.

—Ya, claro, y mi prima es pelirroja natural.

—¿No lo es? —preguntó con cierta sorpresa.

—No. Pero no me cambies de tema. Te noto... triste.

—No estoy triste —dijo sin dejar de mirar el cristal—, estoy algo cansada.

—Es por Scott, ¿no? —Kira abrió los ojos como platos nada más girarse a verme.

—¿Tan obvio es?

—Un poco. He visto las miradas de corderito degollado que le pones cuando crees que nadie está mirando.

—Yo intento pasar de él, te lo juro. Pero es que no puedo, su sonrisa, sus ojos...

—Pues tienes un problema, amiga. Scott te sigue gustando.

—Y sé que debería seguir adelante como le dije a Ally, pero no sé si puedo... ¿Tú crees que ella lo ha hecho?

—No lo creo, al menos no del todo. Intenta hacerse la dura que ha pasado página, pero creo que aún no lo consigue. Kira, creo que deberías hablar con ella de lo que sientes por Scott.

—¡Pero dijimos que no nos pelearíamos más por él! —gritó ella, para mi sorpresa. Kira no era una chica a la que le gustase que levantasen la voz, y mucho menos lo hacía ella.

—Yo ahí no te puedo aconsejar. Sobre tener novios falsos y cómo hacer para que no te descubran todavía podría, pero ya más que eso...

Mi pequeña broma consiguió sacar una sonrisa a mi amiga, por lo que me sentí algo satisfecha.

Do we have a deal? || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora