08.

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-Esto va aquí... o mejor aquí... No sé, qué estrés.

Observé cómo mi madre se volvía loca con la organización de la cena. Desde que le dije que Stiles finalmente vendría esta noche, llevaba todo el día alterada. Ni siquiera sabía por qué ella estaba tan nerviosa, la única que debería estarlo era yo, ya que todo esto era una farsa.

-Tía, yo te puedo ayudar encantada con todo. No es ninguna molestia -se ofreció mi querida prima. Cómo no, tenía que quedar bien delante de mi madre a toda costa. Ella comenzó a colocar los platos y los cubiertos en la mesa del comedor y, al colocar los míos, los cambié de sitio.

- ¿Por qué haces eso? -preguntó, claramente molesta.

-Porque no sé si te acordarás, pero soy zurda. Si me siento donde tú me has puesto los cubiertos, chocaré con la persona de al lado. Debo sentarme al final de la mesa.

-Tú y tus manías de rarita... En fin, lo cambiaré -dijo no muy animada. Una vez estuvo preparado todo lo de la mesa, fuimos a la cocina a comprobar si mi madre necesitaba alguna ayuda-. Tía Natalie, ¿necesitas algo más?

-No, cariño, gracias por la ayuda. -Yo rodé los ojos, tanto mi prima como yo estábamos ahí pero solo agradecía a mi prima, típico-. Lydia, Stiles no será vegetariano, ¿no?

- ¿Stiles? No, no. Adora la carne. -Más valía que fuese así, porque si no tendríamos un problema. Era capaz de obligarle a comer si era necesario.

-Estupendo. He hecho canelones de carne -dijo señalando al horno.

- ¡Mis favoritos! -gritó Scarlett emocionada. ¿Por qué daba la impresión de que la única persona que no estaba emocionada por la cena era yo? Ah, porque era así de verdad.

-Chicas, deberíais ir arreglándoos -añadió mi madre.

- ¿Arreglar? Pero si la cena es en casa -respondí obvia.

-Sí, pero tu novio va a venir. No pensarás cenar con él así, ¿verdad? -Mi prima señaló mi ropa. La observé un momento: un pantalón de gimnasia y una camiseta de tirantes, no estaba mal, ¿no? Por las miradas de Scarlett y mi madre, supe que no me dejarían cenar así-. Venga, Lydia, vístete como lo haces en las citas, nada más. Yo, por mi parte, me pondré divina, como siempre.

-No estarás intentando impresionar a mi novio con tu ropa, ¿no? -pregunté, recalcando claramente que Stiles era mi novio. Oí a mi prima reír mientras subía las escaleras, sin responder la pregunta.

Decidí dejar el asunto estar e ir a cambiarme. Cerré la puerta de mi habitación y abrí mi armario, dispuesta a inspeccionar. Sin embargo, no encontraba nada adecuado. De por sí, mi vestuario no era muy variado; me gustaba vestir sencilla. Tenía algún vestido, pero me parecía arreglarse demasiado para una cena en mi propia casa. Opté por ponerme una blusa en tonos naranjas, junto a un pantalón blanco, y unas francesitas con un poco de tacón, no completamente planas. Me miré en el espejo de mi habitación para ver si me convencía el conjunto. La ropa sí me gustaba, pero no me convencía el pelo, que llevaba suelto y algo alborotado. Me decanté por mi tan habitual opción cuando tenía el pelo así: una trenza. Mientras en la ropa no me complicaba demasiado, sí lo hacía con los peinados, me encantaba peinarme. Tras terminar de hacer mi trenza de espiga, me planteé si maquillarme o no. Sabía que mi prima lo haría, así que ¿por qué no? Me eché un poco de rímel en mis pestañas, para que luciesen mucho más largas. El único otro producto de maquillaje que usé fue un brillo de labios en tono rosa, no quería complicarlo mucho. Ahora sí, estaba lista.

Salí de la habitación orgullosa con el resultado, aunque mi orgullo se esfumó en el momento en que vi a Scarlett. Llevaba puesto un vestido pegado, de esos que marcan todo, pero solamente sientan bien a un tipo de cuerpos, como el de Scarlett. Decir que iba maquillada era quedarse corta. Parecía que iba a algunos premios, no a cenar con mi falso novio.

Do we have a deal? || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora