10. Doctores

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Los días empezaron a pasar convirtiéndose en semanas, en esos días no había vuelto a saber nada de Kyler o Chris.

Kyler aún seguía enojado conmigo y Chris por más que intenté hablar con él, me evadía o decía que le diera tiempo.

Había arruinado todo.

Ahora estaba con Jake jugando videojuegos. Íbamos por la segunda ronda de Fifa. Él iba con el Bayer y yo con el Barcelona. Me iba ganando dos a uno, así que estaba haciendo mi mayor esfuerzo de empatar.

Aproveché que bajó la guardia en la defensa y lo empaté.

—¡Gooool! —me puse de pie en un salto bailando de alegría—. ¡Gol, gol, gol, gol! ¡En tu cara niño!

Jake empezó a reír. —Tenías que ser una chica.

—¡Oye! —protesté—. Sólo porque sea una chica no quiere decir que...

No pude terminar de hablar cuando el mareo y náuseas que estaba sintiendo en los últimos días me golpearon.

—¡Oh, no! —corrí al baño y llegué a tiempo para empezar a vomitar todo lo que había comido en el día. Jake corrió tras mí y sostuvo mi cabello. Al terminar de sacar todo, Jake me ayudó a ponerme de pie.

Lavé mi boca en el lavado viendo a Jake de pie en la puerta.

—¿Por qué no me habías dicho que estabas enferma? —reclamó. Me sequé y me volví a él.

—No estoy enferma. —elevó sus cejas—. En serio.

—Acabas de vomitar todo lo que comiste. —apuntó al retrete donde había estado hace unos instantes.

—Bueno, sólo fue un pequeño incidente.

—¿Incidente? —negó—. ¿Desde hace cuánto estás así?

—Sólo unos días. —respondí.

—¿Días? ¿Has ido al doctor?

—¿No?

—¿No? —hizo una mueca—. ¿Y que esperas? ¿Qué te encuentre un día de estos media muerta?

—No exageres, Jake. Son sólo unos simples mareos y vomito. —lo pasé regresando a la sala. Él me siguió—. A lo mejor comí algo que me hizo daño.

—¿Cuánto tiempo llevas así? —me dejé caer en el sillón pero él se detuvo frente a mí con los brazos cruzados sobre su pecho.

—Jake, para con el interrogatorio.

—Responde. —insistió.

Rodé mis ojos. —Como una semana, no sé.

—¿Una semana? —cuestionó enojado—. ¿Y aún no has ido al médico?

—Nop.

—¡Dios mío, Hayley! —protestó—. Toma tus cosas, ahora mismo nos vamos.

Empezó a ir a la salida.

—¿A dónde?

—Al médico. Tienes que revisarte. No está bien que lleves una semana así. —se detuvo en la puerta al ver que no me movía—. ¿Qué esperas?

—No quiero ir. No me gustan los doctores, ni los hospitales.

—O vamos, o vamos. Tú elijes. No me voy a ir de aquí hasta que veas un médico.

Rodé mis ojos. —Está bien. Vamos.

Desde que entramos a la clínica el olor a medicamento estaba impregnado en mi ropa.

Estaba sentada junto a Jake esperando a que el médico me llamara y mientras tanto jugaba Candy Crush en mi celular.

—¿Hayley Mason? —levanté la cabeza de mi juego para ver al doctor de mediana edad llamarme. —Puede pasar.

—¿Quieres que vaya contigo? —me preguntó Jake.

—No, estaré bien.

Asintió. —Está bien. Aquí estaré.

El doctor se hizo a un lado y entré al consultorio totalmente blanco, donde muchos diplomas y títulos estaban colgados en las paredes. El hombre cerró la puerta y se sentó en la silla detrás de su escritorio.

—Así que, Hayley, dime en que puedo ayudarte.

—Mire, la verdad estoy aquí porque mi amigo de allá fuera insistió en que viniera. —le expliqué—. No me estoy muriendo, ni nada por el estilo.

Rió. —No creo que te estés muriendo.

—Bien. Sólo lo quería aclarar.

Volvió a reír. —Pero dime, si tu amigo te obligó a venir aquí es por algo.

—Sí...bueno, como que últimamente no me he estado sintiendo muy bien.

Tomó su pluma y empezó a anotar.

—¿Cuántos años tienes?

—Veintiuno. Veintidós en tres semanas más. —asintió llenando una hoja.

—¿Y qué es lo que has estado sintiendo?

—Sólo han sido algunos mareos acompañados de vómito. Nada más.

—¿Desde hace cuánto tiempo?

—Una semana tal vez, incluso más, creo. —asintió—. ¿Qué cree que pueda ser?

—Tengo algunas ideas. —me miró dejando su lápiz y entrelazó sus manos—. Podría ser que alguna comida no te hizo buena digestión y por eso el vómito, pero me parece que no tendría porque durarte tanto tiempo.

—¿Entonces...?

—También podría ser los síntomas de un embarazo.

Mis ojos se salieron de orbita.

¿Un qué?

—¿Un qué?

—Embarazo. Los mareos, el vómito, ¿has tenido aumento de apetito?

—Sí. —susurré—. Pero siempre tengo hambre.

—¿Has tenido un atraso en tu periodo?

—Sí....pero mi periodo siempre ha sido irregular.

Sonrió. —¿No consideró la idea de un embarazo?

—No, yo...

—Podríamos hacer una prueba para verificar. Es sólo una idea.

Asentí aún en shock.

¿Un embarazo?

—Bien, llamaré a la enfermera para que tomé una muestra de sangre. —llamó por su teléfono e instantes después entró una enfermera.

—Tomaré la muestra de sangre. —me dijo—. Extienda el brazo, por favor.

Extendí mi brazo y ella hizo su trabajo. No sentí el pinchazo ni nada. Lo único que daba en vueltas en mi cabeza era la palabra Embarazo.

—Tendremos los resultados mañana por la mañana. —me informó el doctor al irse la enfermera—. Puede pasar a la hora que guste.

Asentí. —Gracias.

Al salir Jake se puso de pie al verme.

—¿Y bien? —preguntó—. ¿Qué tienes?

—Embarazo. —susurré.

—¿Qué?

—Nada. —negué—. No tengo nada. Te lo dije. Ahora vámonos de aquí.

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😱¿Será que ya tendremos bebé Kyler?

¿Ustedes que creen?

A Pesar Del Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora