A Pesar Del Tiempo.

33. El indicado

-¡Oh, por Dios! ¡Oh, por Dios! -chilló Skyler dando saltitos en su lugar-. ¡Hayley, tienes que ver este!

Después que Skyler me rogara y que prácticamente me arrastrara para comprar mi vestido de novia accedí.

Habíamos venido a una tienda que le habían recomendado y donde según ella trabajaba un amigo suyo.

Lo que nunca pensé es que Skyler enloquecería al ver tantos vestidos. Pero ¡si lo estaba! Iba de vestido en vestido viendo y criticando cada uno.

¡Parecía una niña en una dulcería!

-Alguien parece amar los vestidos de novia -susurró Hannah a mi lado. La había invitado a venir porque nos habíamos hecho muy buenas amigas a pesar de conocernos desde hace poco. También había invitado a Jess, pero como vivía en Boston no estaba segura si vendría.

-Eso parece.

-¡Oh mi Dios, Hayley! -chilla y corre directo a mí lanzándome un vestido-. ¡Tienes verlo! Es hermoso y románico y ¡te quedará perfecto!

-Yo...

No espera mi respuesta ni me me mira mientras su vista va por toda la tienda.

-¡Oh santas pizzas! ¡Mira ese!

Sale corriendo en dirección contraria y Hannah suelta una risita.

-Parece que es ella la que se va a casar y no tú.

-Lo sé -me río porque es la verdad. Skyler parece tan emocionada -. Oye...crees que Jess...

-¡Llegué!

Jess entró a la tienda corriendo directamente en mi dirección. Se abalanzó sobre mí en un abrazo mientras la pobre respiraba con dificultad, parecía como si acabara de correr un maratón. La aprieto con fuerza a pesar del vestido en mis manos.

-Lo siento -dice al alejarse. Tiene las mejillas sonrojadas y su cabello algo revuelto-. Se me hizo tarde. Más abajo había un accidente y prácticamente tuve que bajar del taxi y correr hasta aquí.

-No te preocupes, que bueno que ya estés aquí.

Ella asiente tomando aire, y por primera vez su mirada baja al vestido en mis manos.

-¡¿Ya elegiste?!

-No -niego-. Es sólo Skyler que parece una loca por todo lo de la boda.

-Tienes que verla -se dirige Hannah a Jess.

Jess se ríe y abraza a Hannah saludándola.

-¡Hayley¡ -grita Skyler desde algún lugar del estudio-. ¡He encontrado el perfecto!

-He oído eso tantas veces estas últimas horas -me río.

Jess estaba por responder a mi comentario, pero las tres nos vimos paralizadas al ver al chico que apareció de uno de los pasillos y se detuvo frente a nosotras.

El chico parecía haber sido por los mismísimos dioses. Su rostro perfectamente cuadrado con una mandíbula fuerte y dura. Sus labios carnosos y suaves, y sus ojos Dios....que ojos tan bellos, eran un gris tormenta, como un cielo a punto de llover. Su cabello castaño estaba perfectamente peinado y firme con laca, su piel tan bronceada que parecía horas de dedicación debajo del sol de California. Iba vestido con un esmoquin gris y una corbata rosa, al igual que sus zapatos perfectamente lustrados. Era tan alto como Kyler.

Estoy segura que las tres estábamos embobadas viendo al chico como si hubiera caído del cielo, y todo iba bien hasta que habló...

-¡Bienvenidas hermosas damas! -dijo con voz chillona.