A Pesar Del Tiempo.

12. Segunda vez

Los días siguieron pasando y más aumentaban los síntomas.

Cada día llegaba súper cansada. Los vómitos y nauseas aún seguían. Mis senos dolían y un dolor agudo en la cabeza no me dejaba dormir mucho.

Le dejé varios mensajes a Chris diciéndole que quería hablar con él pero no me contestaba.

Cuando finalmente llegó el viernes llegué a casa llorando. Era viernes y necesitaba un descanso.

Era viernes y era hermoso.

Fui a la cocina por una paleta de fresa y lloré aún más al comerla.

Estaba deliciosa.

Fui a mi habitación y encendí mi computadora colocando música baja.

Terminé de comer mi paleta mientras mis lágrimas se secaban y reía al ver memes en Facebook.

Después de un rato me aburrí y tomé mi libreta de dibujos y salí a mi balcón.

Tenía esa libreta desde hace cuatro años y no había borrado ningún dibujo de él.

Tomando asiento en mi sillón, empecé a ver algunos de los dibujos. Cuando ví algunos de Kyler mis ojos se llenaron de lágrimas. Habían pasado ya dos años y aún lo amaba.

Lo amaba como hace tiempo atrás.

Skyler en esos días me había estado insistiendo en que tenía que decirle a Kyler del bebé.

De nuestro bebé.

Sé que él tenía derecho. Era el padre. Pero, tenía miedo de cómo reaccionara.

Un bebé no esta en mis planes y sé que muchos menos en los de él, pero a pesar de que Kyler no quisiera tenerlo, no me importaría. Era mi bebé, jamás lo pondría en riesgo.

Sabía que tenía que decirle... Y bueno, no debía perder tiempo. En unas semanas más iba a ser notorio así que, decidí decírselo. Podía hacerlo...¿no?

Armándome de valor, fui a su departamento. Tomando un respiro, toqué su puerta. Sentía el corazón golpear fuertemente en mi pecho, y no era para menos. Recibir la noticia de que vas a ser padre no es como que te digan que llegó el correo.

Escuché pasos por el otro lado y la puerta se abrió revelando a Kyler sin camisa. Su mirada sorprendida sostuvo la mía.

—Hola. —susurré, pasando una mano por mi brazo—. Yo...

—¿Kyler? Cariño... —una chica muy parecida a Layla se acercó a Kyler colocando una mano en su hombro. Ella miró de Kyler a mí—. ¿Hayley?

Sentí mi corazón partirse por segunda vez y por el mismo chico. Traté de aparentar no sentir nada, aunque por dentro mi corazón dolía por otra cosa.

—Lo siento. —reí melancólica—. Me equivoqué de puerta.

Di media vuelta, regresando a mi departamento.

—¡Hayley! —escuché a Kyler llamarme. Pero no me detuve. Cerré la puerta y las lágrimas que estaba conteniendo empezaron a bajar por mis mejillas. Los golpes en la puerta y Kyler gritando mi nombre no ayudaban a aliviar el dolor que sentía.

Él ya me había replanzado.

Y por Layla.

¡Maldito Kyler!

Limpié mis lágrimas bruscamente y fui furiosa a mi habitación. No le iba a decir a Kyler absolutamente nada. No lo necesitaba, ni a él, ni a nadie.

Lo único que me importaría ahora iba a ser mi bebé.

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