30. Tu turno

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Hayley.

Con cuidado dejé a Kylie en su cuna. Se había quedado dormida desde que veníamos en el auto.

Había estado en el hospital dos días más para recuperarme y en esos dos días no había dejado que me quitaran a Kylie de mi lado, así como Kyler también estuvo junto a mí.

La arropé cubriéndola bien porque a pesar de la calefacción del departamento, siempre se sentía algo de frío. La nieve estaba cayendo más fuerte y con ello baja la temperatura.

Besé su frente y acaricié su mejilla.

Desde el momento en que la tuve en mis brazos la amé más de lo que ya lo hacía.

Era tan pequeñita y frágil, pero a pesar de eso podía ver lo parecida que era a Kyler y también como había heredado algunos de mis rasgos.

Me giré para salir y mi mirada fue a Kyler, quien estaba de pie junto al marco de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho.

—¿Se durmió? —preguntó.

—Sí —empujé su pecho sacándolo de la habitación y cerré la puerta. Fui a nuestra habitación con Kyler detrás de mí. Me dejé caer en la cama mirando el techo.

Me sentía muy casada a pesar de que estuve algunos días en el hospital, y no era para menos. Las camas de los hospitales nunca serian igual de cómodas que las demás.

Kyler cerró la puerta de nuestra habitación y se acercó a mí. Se quitó los zapatos y se dejó caer a mi lado en la cama. Rodeó mi cintura y me acercó a él, descansé mi frente contra su pecho suspirando.

—¿Hayley?

—¿Sí? —susurré.

—Kylie ya nació.

—Sí —su mano empezó a subir por mi espalda elevando mi camisa.

—Eso quiere decir que ya podemos planear la boda.

Cierto, la boda.

Con todo lo de Kylie no había tenido cabeza para pensar en la boda.

—Kyler —comencé—. ¿Podemos hablar de eso después? Creo que tenemos muchas cosas de que hablar, pero estoy realmente cansada, hace sólo algunas horas acabo de dar a luz y no tengo la energía necesaria para hablar. Sólo quiero acurrucarme a tu lado, y dormirme en tus brazos.

Lo escuché suspirar y sentí como besó mi cabello.

-Creo que puedo hacer eso —me pegó más a él y lo abracé con fuerza—. Duerme, yo estaré pendiente de Kylie.

Sonreí cayendo en un profundo sueño.

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¿Te has preguntado alguna vez lo cansado que es cuidar de un bebé?

Pues la respuesta es demasiado. Es súper cansando.

Nunca en vida creí que cuidar de un bebé me agotara tanto, había escuchado a varias personas decirlo pero nunca será lo mismo como experimentarlo.

Tanto Kyler como yo apenas dormíamos unas horas al día. A pesar de que supuestamente los bebés comen más en el día que en la noche, Kylie era todo lo contrario.

Ella comía más en la noche y no sólo era el hecho de tener que levantarme para amamantarla, sino tratar de dormirla después. Era una bebé muy inquieta y llena de energía, así que cuando despertaba era difícil volver a dormirla.

A Pesar Del Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora