Epílogo

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5 años después

Estaba terminando de lavar los platos cuando Kyler entró a la cocina con las llaves en las manos.

Se detuvo detrás de mí y rodeo mi cintura con sus manos descansando su barbilla en mi hombro.

—¿Estás lista? —susurró besando mi cuello. Me estremecí soltando una risita.

—Creo que sí —cierro el grifo del lavado y me vuelvo a Kyler sin salir de su agarre. Me inclino dándole un rápido beso—. ¿Estás seguro que quieres hacer esto?

—Muy seguro —responde con firmeza—. Es algo que debimos haber hecho hace mucho tiempo.

—Bien, sólo déjame ir por Kylie y mis cosas.

Él me suelta, y trato de avanzar hasta que Kyler toma mi mano de nuevo volviéndome a él. Me pega a su cuerpo y une nuestros labios en un apasionado beso.

Lo beso de la misma forma y se aleja igual de rápido.

—Ahora, ve —ordena.

Siento mis mejillas arder por su beso así que no digo nada yendo a nuestra habitación.

Tomo mi chaqueta y bolso y luego voy a la habitación de Kylie.

Ky está acostada en la cama sobre su estómago pintando dibujos sobre Olaf de Frozen. Su anterior habitación estaba ocupada ahora con una cama y muchos estantes de jueguetes y libros para colorear. Ella levanta la mirada de sus dibujos y sonríe con tanta alegría que mi corazón se hincha de felicidad.

La amaba tanto.

Ella era mi vida entera.

Cuando me dijo mamá por primera vez no pude dejar de sonreír por días.  Y ni hablar de Kyler cuando le dijo papá, enloqueció, le contaba a cualquiera que encontrara que su hija le había dicho papá por primera vez.

—¿Estás lista, mi amor? —pregunto yendo a ella. Me siento a su lado y ella deja lo que hace.

—¡Sí! —chilla—. ¿ya nos vamos? ya quiero que lleguemos.

Ky tenía la voz más dulce y preciosa del mundo entero. Y no sólo su voz, sino toda ella. Ahora que estaba más grande sus ojos azules eran tan claros como el cielo, su cabello tan claro como la miel le daba a la mitad de la espalda y sin hablar de su sonrisa... Cuando sonreía era como ver el amanecer desde el océano, viendo como el sol alumbra tanto como su sonrisa.

—Sí, ya nos vamos...

Kylie no me deja terminar cuando se levanta y corre a la puerta. Cuando ve que no la sigo se detiene y vuelve a mí.

—Mami, vamos, se nos hace tarde —regresa de nuevo a mí y toma mi mano haciéndome levantar.

Río mientras me guía por el pasillo hasta encontrar a Kyler cerca de la entrada. Me suelta yendo con él.

—Papi, dile a mamá que se apresure, es tarde.

Kyler ríe tomándola en brazos y yo niego.

—Es temprano —suspiro.

—Es hora de irse —dice él.

Kyler abre la puerta y me deja salir primero. Él sale detrás de mí y cierra la puerta.

Kyler toma mi mano y vamos juntos todo el camino, bajamos en el ascensor y Kylie no deja  de tararear una canción de una de las caricaturas que tanto te gusta ver.

Al bajar a la primera planta, salimos del ascensor para luego salir a la calle. Kyler suelta mi mano y baja a Kylie al suelo para abrir la puerta trasera y acomodar a Kylie en el asiento para niños.

A Pesar Del Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora