24. Confieso que

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Dejé mi última maleta a lo que sería mi nueva habitación con Kyler.

Él había estado insistiendo en que nos mudáramos a al nuestro nuevo departamento, así que accedí.

Empaqué mis cosas, y Kyler las suyas. El lugar estaba impecable y todo amueblado con lo necesario.

Kyler me dijo que él mismo se había ocupado de todo, y me sentía muy feliz de ello.

-¿Eso es todo? -me giré a la voz de Kyler, quien estaba de pie en la entrada de la habitación, con su última maleta.

-Sí, eso es todo.

Sonrió, encontrando mi mirada. Se acercó a mí con pasos lentos y rodeó mi cintura pegándome a él.

-Creí que nunca llegaría este día.

Reí. -Pero ya llegó. Estoy aquí, finalmente.

Una gran sonrisa tiró de sus labios. -Lo sé, y soy el hombre más malditamente feliz del jodido mundo.

Negué. -Vas a tener que controlar tu vocabulario frente a Kylie.

-Hablando de Kylie, tengo una sorpresa para ti.

-¿Sorpresa?

-Sep -tomó mi mano, y me guió fuera de la habitación hasta detenernos frente a la habitación de Kylie.

-¿Qué pasa? -pregunté confundida.

Una sonrisa picara tiró de sus labios y abrió la puerta haciéndose a un lado.

El aire dejó mis pulmones.

La habitación... La habitación no estaba vacía. Estaba completamente amueblada.

Miré a Kyler sintiendo mis ojos humedeserce. Él me hizo señas para que entrara así que lo hice.

Toda la habitación estaba pintada de un hermoso rosa pastel. Por las paredes se extendían diferentes enredaderas de flores y notas musicales pintadas a mano.

Al lado de ventana estaba una hermosa cuna blanca. En ella tenía pequeñas almohadas rosas, al igual que muchos peluches incluyendo el conejito que había comprado.

A un lado había un mueble para colocar la ropa de la bebé, y junto a ella una pequeña estantería con juguetes de todo tipo.

Me acerqué a la cuna y pasé mis manos por la barandilla de seguridad. Al lado de la cuna también había una silla mesedora y Dios...todo era perfecto.

-¿Te gusta? -el cálido aliento de Kyler rozó mi cuello haciéndome estremecer. Apoyó su barbilla en mi hombro y sus manos rodearon mi estómago.

-Me encanta -susurré con voz quebrada. No sé en que momento empecé a llorar, sólo sabía que no podía dejar se hacerlo.

Me giré, enfrentando a Kyler y sus manos empezaron a subir y bajar por mi espalda.

-¿Por qué lloras? -preguntó, tomando mi rostro y limpiando mis lágrimas.

-Porque esto es perfecto -susurré, sin dejar de llorar-. Gracias.

-No -negó-, gracias a ti por permitirme ser parte de tu vida. Gracias por cambiarme la vida, gracias por amarme.

-Kyler...-solloze. Él me rodeó completamente en sus brazos y besó mi cabeza, mientras lloraba de amor y alegría.

Estuvimos así hasta que mi llanto cesó. Kyler tomó mi rostro observándome detenidamente.

-¿Estás mejor? -preguntó suavemente. Asentí-. ¿Vamos a cenar?

-No -tomé sus manos con las mías-. Estoy llena con lo de la cajita feliz.

A Pesar Del Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora