20. Hogar

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Hayley.

Al regresar al hospital, estaba más tranquila. La ducha me sirvió para tranquilizarme y relejar mis músculos. Estaba algo tensa y preocupada de la reacción de Kyler, es decir, no sé que esperaba, pero definitivamente no como lo había hecho.

Al entrar a la sala de espera sólo vi a Kyle.

—¿Dónde están los demás? —Kyle levantó la cabeza de su celular y nos lanzó una mirada. Skyler se sentó a su lado y tomó su mano con la suya. Kyle le sonrió para luego posar su mirada en mí.

—Mamá y Roth están con Kyler —dijo—. Jake fue a comprar algo de comida. Por cierto, Kyler me dijo que fueras a verlo en cuanto regresaras.

—¿En serio? —sonreí—. ¿Ya no está molesto?

—No lo sé. Sólo me dijo eso.

Asentí y fui a su habitación. No sabía que me iba a decir, y eso me hacía sentir nerviosa. Pero, no podía ser algo peor ¿no?. Tomé un gran respiro antes de entrar y Roth y Liz se volvieron a mí.

—Lo siento, no quise interrumpir.

—No, está bien —sonrió Liz—. Nosotros ya nos íbamos, ¿no, Roth?

Roth asintió. —Sí, sólo lo estábamos chequeando.

Asentí y ambos salieron de la habitación dejándonos solos. Kyler miró en mi dirección y suspiró.

—Me dijo Kyle que querías hablar conmigo.

—Sí —respondió—, ven aquí.

No muy segura fui a su lado. Me dio espacio para que me sentara y sin despegar mi mirada de la suya me senté junto a él.

Kyler levantó su brazo bueno y colocó su mano sobre mi rodilla. La subió por mi muslo, hasta tomar mi mano. La llevó a su boca y besó mis nudillos.

—Lo lamento, Hayley —se disculpó—. Lamento haberte tratado como lo hice. Sólo estaba molesto y sorprendido. Entiendo porque lo hiciste, es sólo que...

—Está bien, Kyler —suspiré—. Tienes todo el derecho de estar molesto.

—Eso no justifica mi comportamiento. Lo siento —sonrió tranquilizándome—. Además yo hubiera hecho lo mismo si estuviera en tu lugar.

—¿Tú también me hubieras ocultado el que estuvieras embarazado? —elevé una ceja y él rió.

—Claro que lo hubiera hecho. Si eso quiere decir verte feliz, lo haría. Es tu sueño y verte feliz a ti, me hace feliz a mí.

Sonreí antes sus palabras y un nudo se formó en mi garganta. —En verdad lo siento.

—Está bien —suspiró—. Yo también lo siento.

Sonrió y le devolví la sonrisa. Tomé su mano y la coloqué sobre mi pancita. Su mirada dejó la mía para ver su mano subir y bajar por mi barriga. Vi como sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Cuánto...cuánto tiene? —preguntó en un hilo de voz, sin despegar su mirada de mi barriga.

—Dieciocho semanas —sonreí, mi corazón latiendo rápidamente. Mis ojos se llenaron de lágrimas al verlo tan sensible, tan feliz—. Casi cinco meses.

Sonrió pareciendo soprendido. —Voy a ser papá.

—Sí, Kyler —limpié mis lágrimas. Me sentía tan feliz de Kyler al fin lo supiera. No sabía si iba poder ocultarlo más tiempo—. Vamos a ser padres de una hermosa niña.

—¿Niña? -susurró, encontrando mi mirada.

—Sí —asentí—. Hace unos días fui a hacerme mi primer ultrasonido, la ginecóloga dijo que era una niña.

A Pesar Del Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora