Capítulo 13: Jugando sucio.

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Domingo por la mañana, me levanto de mi cama y voy al baño a cepillarme los dientes, me doy cuenta de que mi estómago comienza a rugir, bajo las escaleras y me dirijo a la cocina.

-Mamá, ¿qué hay de comer? -le pregunté a mi madre que estaba ocupada cocinando algo.

-Comerás panqueques, y por favor llama a tu hermano, tengo mucho rato llamándolo a comer y no hace caso a mis llamados.

-Está bien... -dije arrastrando las palabras dirigiéndome otra vez al segundo piso.

Una vez frente a la puerta de la habitación de mi hermano, toco la puerta, pero no recibo respuesta alguna, así que decido entrar le guste o no.

-¡Bryan, mamá te está esperando abajo para desayunar! -le dije a mi hermano, pero él estaba enfrascado escribiendo en su celular sonriendo como un idiota-. ¡Hey! ¡Estoy aquí! -grité. Caminé hacia su cama en donde estaba recostado y le arrebaté su celular de golpe.

-¿Estás loca? ¡Devuélvemelo!
-chilló como un niño pequeño.

-Desde el día que llegamos a esta casa has estado con el celular día y noche, ¿no te das cuenta? ¿Con quién tanto hablas? -dije cruzándome de brazos.

-Con... Con alguien -dijo y se puso nervioso.

-¿Crees que voy a caer en eso?... ¿Quién? -dije más seria.

No debo meter mis narices en eso, pero la curiosidad me está matando.

Quedamos un par de segundos haciendo una mini batalla de miradas, en la que yo salí victoriosa.

-Bien, bien, es una chica -dijo dándose por vencido ante mi mirada acosadora.

-¿Es... ¿Es en serio? -dije y abrí mis ojos como platos.

Mi hermano siempre ha sido un mujeriego, ¿y que esté hablando de una sola chica? Es raro.

-¿Una chica o unas chicas? -dije entrecerrando los ojos dudando para molestarlo.

-¡Una chica! -chilló molesto y yo solté unas carcajadas.

-Como digas, Romeo, bajemos a desayunar, se enfría la comida -dije burlona y mi hermano suspiró con enfado.

Bajamos las escaleras, y yo tenía una sonrisa de oreja a oreja, porque la idea de que ya no habría más chicas en la casa, me agradaba, o al menos eso es lo que creo.

Llegamos a la cocina y nos sentamos a comer.

-Hey, ¿y qué ha pasado con Bradley? -preguntó mi hermano llevándose un trozo de panqueque a la boca.

-Es un imbécil -respondió Jackson por mí mientras entraba a la cocina.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó?
-siguió preguntando mi hermano frunciendo el ceño.

Jackson y yo nos miramos unos segundos.

-Larga historia -dijimos al unísono.

-¿Ah, sí? Entonces, me avisan para desfigurarle el rostro cuando se le ocurra hacerte algo, Sam -dijo Bryan.

Jackson y yo reímos ante el comentario de mi hermano.

Desde ese momento supe que, no estaría sola en ningún momento, que ellos me apoyarían en lo que sea.

Minutos después, subí a mi habitación en donde me dispuse a leer la saga de hombres lobo que tanto me encantaba.

~*~

Estaba sola en mi habitación recostada en la cama mirando el techo, había terminado de leer al fin la casi infinita saga de los libros de ficción que la tía Grace guardaba en su estantería.

El diario de una NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora