Capítulo 56: Un ciclo termina y uno nuevo comienza.

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Último capítulo señoras y señores

Desde el momento en que pasé a través de esa puerta supe que saldría con un punto y final puesto en esta última etapa de mi vida que al fin sellaría para abrir paso a un nuevo capítulo.

El salón de gimnasia de la escuela había quedado perfectamente decorado gracias a las porristas, quienes acomodaron las sillas en largas filas y columnas en medio, donde se sentaría el alumnado por orden de apellidos; hicieron arreglos con globos dorados y azules; y en los alrededores del estrado se encontraban focos que apuntaban a quien subiera luego de ser llamado para recibir su reconocimiento.

Yo pronunciaría el discurso inicial tan pronto las autoridades dijeran un par de palabras como saludo a los presentes y estaba preparada para ello, había ensayado lo que diría la noche anterior tantas veces como pude.

—Buenas tardes, invitados y estudiantes de West High School —dijo el director Dawson al posicionarse en el atril para comenzar con su palabrería, a la que realmente no presté mucha atención debido a mis crecientes nervios. Solo esperaba impaciente a que dijeran mi nombre—. Ahora, seamos dignos de escuchar el discurso de apertura elaborado por nuestra alumna con mejor calificación de este año, Samantha Williams.

Respiré hondo al escuchar los aplausos ya que una vez leí que respirar profundamente ayudaba al cuerpo a relajarse.

—Lo harás bien —susurró Bryan con una sonrisa alentadora mientras posaba una mano sobre mi rodilla.

Decidida, me levanté y ajusté mi birrete antes de caminar hacia el estrado. Subí las pequeñas escalerillas y el director me recibió con una sonrisa cordial. Acto seguido, me dejó sola junto al micrófono y fue entonces cuando el silencio se hizo presente. Por un momento quedé embobada al notar tantos ojos puestos sobre mí.

Milagrosamente encontré la paz cuando mis ojos se cruzaron con los de Bradley sentado entre el montón, me dio una sonrisa cálida y asintió como seña de que podía comenzar, y automáticamente llevé mi mano hacia el collar oculto bajo mi toga, me lo había obsequiado hace unos días como regalo de cumpleaños; luego mi mirada chocó con la de Lana, quien me sonreía con verdadero entusiasmo.

—¡Vamos, Sam! —gritó ella—. ¡Enséñale de lo que eres capaz a estas bolas de mierda!

Como era de suponer, los adultos y algunos estudiantes voltearon a verla con gesto de reprimenda. Apreté mis labios conteniendo mi risa. Eso definitivamente me devolvió la confianza, así que carraspeé mi garganta y comencé a hablar:

—Como ustedes ya han de saber, hemos llegado al final de este viaje que hemos sobrellevado los últimos seis años de nuestras vidas, tras cientos de bromas y buenos momentos que pasamos con nuestros amigos, así como también castigos y momentos duros. Si tratamos recordar, parece que fuese ayer el día en que caminamos por primera vez en estos pasillos, y que hoy será el último día de nuestra estadía en ellos. Algunos interpretarán esto como un «hasta pronto», pues han decidido que esta fase de sus vidas no quedará abandonada en el pasado a lo largo del camino que les resta por recorrer junto con sus amigos de la secundaria. Otros sencillamente elegirán caminos distintos y tomarán esto como una despedida definitiva, lo que tampoco está mal ya que al final somos nosotros quienes decidimos lo mejor para nuestro futuro —Hice una pequeña pausa para dirigir mi mirada hacia mamá, quien se encontraba sentada en las gradas y parecía tener los ojos llorosos—; porque si algo he aprendido de estos años, es que la adolescencia no es más que una etapa de prueba para la vida, donde nos toparemos con todo tipo de obstáculos y altibajos que, según nuestra manera de superarlos, nos irán definiendo como personas y preparándonos para enfrentarnos al camino de la vida, donde nos cruzaremos con situaciones aún más duras, pero no se preocupen, de eso se trata todo: de superarnos a nosotros mismos cada día y así obtener lo que más queremos. No malgasten el tiempo e inviértanlo en sus sueños por más lejanos que parezcan. No lo olviden, mientras las acciones sean hechas con más esfuerzo y trabajo, mejores serán los resultados; sólo no pierdan la esperanza, se los dice alguien que estuvo a punto de hacerlo y en el último momento todo valió la pena —dije lo último con la vista fija en mi familia y en Bradley—. Gracias por escuchar.

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