Ronquidos, ronquidos y más ronquidos, penetraban en mis oídos, provocando que lenta y perezosamente, removiera mi cabeza sobre la almohada, buscando comodidad.
Ligeramente fruncí el ceño, aún con los ojos cerrados. Definitivamente esta almohada no es del todo suave, es tibia y... ¿Respira?
Lo último provocó que abriera mis ojos de golpe. Un brazo que rodeaba mi cintura, me guió hasta darme cuenta de que...
Yo, Samantha Williams estaba dormida sobre el pecho de Bradley Holmes. ¿Cómo diablos llegamos a esta peculiar posición?
Me sobresalté un poco, sentándome a horcajadas sobre él, acomodando un poco mis gafas y mi cabello. La expresión de Bradley era tan pacífica y tierna mientras dormía, pero aunque no quiera, tengo que despertarlo.
—Bradley... —lo llamé moviendo su brazo. No hay respuesta. Luego de tres llamados sin respuesta, decidí ir por las malas—. ¡Bradley! —mi tono de voz salió más alto de lo que esperaba.
—Eh, ¿sí? —Bradley se levantó de golpe, lo que provocó que su frente chocara con la mía.
—¡Ah! —me quejé, sobando mi frente.
Al retirar mi mano de mi frente, me encontré con un Bradley con los ojos bien abiertos a centímetros de mí, al notar que yo estaba sentada sobre su cadera.
—Bradley, ¿estás despier... Oh —apareció Axel en el marco de la puerta—. Les dije que necesitarían protección —tanto mis mejillas como las de Bradley, se tiñeron de rojo.
—¡Largo de aquí! —exclamó Bradley echándolo.
—Lo que digas... —se detuvo antes de cerrar la puerta atrás de él—. Pero ni se les ocurra hacer bebés conmigo en la casa —terminó antes de irse.
Luego de un corto silencio, me volví hacia Bradley algo confundida. —Oye, creo que deberías... —asentí tratando de levantarme torpemente.
De repente sentí mi celular vibrar en el bolsillo de mi pantalón. Lo saqué, viendo ventiocho llamadas perdidas de mamá y cuarenta y dos de Bryan en el panel de notificaciones.
Dios, lo que me espera...
Finalmente le di al botón verde, para contestar la llamada entrante de Bryan. —¿Ho-
—¡¿Dónde demonios estás, Samantha?! ¡Mira la hora que es! ¡Son las siete de la mañana! ¡Te necesito en casa, ahora! —gritó, haciendo que me sobresaltase de repente.
—Bryan, yo-
—¡¿En dónde diablos te metiste anoche?! ¡¿En dónde estás?! —tuve que apartar un poco el aparato de mi oído, gracias a los ensordecedores gritos.
—En casa de Bradley, pero-
—¡¿En casa de quién?! ¡¿De ese imbécil?!
—¡No es lo que estás pensando, idiota! En un instante vamos de camino a la escuela. Sólo relájate, ¿sí?
—¡¿Cómo pretendes que me relaje, si mi ya no tan inocente hermana pasó la noche con un hijo de p... —corté la llamada sin dejarlo terminar.
Suspiré exasperadamente, arrojando el celular sobre la cama de Bradley.
—Era tu hermano, ¿cierto? —preguntó con algo de diversión en su voz. Asentí—. Ya no le debo caer tan bien, supongo...
—Decir eso es poco... —murmuré más para mí, pero al parecer escuchó mi comentario, ya que recibí una risita como respuesta.
—Entonces... —comenzó a decir cambiando de tema—. ¿Vamos al Bradley-móvil?
Lo que pensé que sería una buena idea —ir con Bradley directamente a la escuela, en lugar de esperar a que alguien viniera por mí— para ahorrar tiempo, terminó siendo una pesadilla.
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El diario de una Nerd
Ficção Adolescente(HISTORIA COMPLETA) Samantha Williams no es nada más y nada menos que otra chica que recorre fantasmalmente los pasillos de West High. Aún en sus dieciséis tristes años de vida, nunca se interesó en un chico, ya que tenía su cabeza metida entre los...