El diario de una Nerd

Capítulo 30: Boda inesperada.

Sólo miren esa bella foto. My love en multimedia ↑↑↑↑

—¿Qu-qué ocurre? —mi voz salió temblorosa.

Me senté en el sofá junto a Bryan justo como mamá ordenó que hiciera.

Esto no me gusta nada. ¿Y si Bryan le contó a mamá sobre lo que ocurrió esta mañana entre Bradley y yo?

No, él no sería capaz de algo así... ¿O sí?

Giré a ver a mi hermano y le di de esas típicas miradas suplicantes que preguntaban qué sucedía. Al parecer notó mi confusión, pero como respuesta recibí un ligero encogimiento de hombros de su parte.

Ahora sí, ¿es hora de preocuparnos?

—Mamá, ¿por qué tanto suspenso? ¿Puedes contarnos lo que sucede? —se dignó Bryan a hablar.

Mamá se encontraba dando vueltas sin parar frente a nosotros sin decir ni absolutamente nada; conociéndola, sé que no encontraba las palabras correctas para hablar con ese toque de sutileza que siempre le agrega mamá a las charlas en este tipo de situaciones de tensión.

—Me cuesta hablar de esto, ¿sí? Pero trataré decirlo lo más sutilmente posible para que no se alteren —acotó en tono serio—. Su padre dejó la casa hace mucho tiempo, dejándonos a los tres, solos. Si mal no recuerdo, desde aquel entonces estuve sola durante casi diez años, criando a estos hermosos hijos que tengo ahora frente a mí —sonreí, no tuve que voltear para saber que Bryan también lo hacía—. Pero me gustaría saber qué opinan si... No lo sé, si tal vez... Sólo si tal vez, yo agrandara esta pequeña familia un poco más...

A mamá le está costando decir esto, pero siento que a medida que avanza, menos entiendo hacia a dónde va.

Fruncí el ceño esperando a que continuara, pero parecía algo nerviosa, ya que no se cansaba de juguetear con el anillo que tenía puesto en su dedo anular.

Finalmente devolvió su mirada hacia nosotros con una expresión ilegible. —Voy a casarme.

Mis ojos casi se salían de sus cuencas. ¡¿Cómo pasó esto?!

Mi expresión ahora mismo debe ser tan de sorpresa que mi piel ahora no puede ser más pálida de lo que ya era.

Por otro lado, Bryan simplemente dejó escapar un suspiro de alivio. —Wow, qué noticia. Ya había pensado que estabas embarazada, Helen —comentó mi hermano con su típica anti-seriedad, así como sólo él sabe hacerlo.

—¿Cuál es el nombre del afortunado? —curioseé recuperando nuevamente el poco color de mi piel.

—A eso iba —mamá respiró hondo—. El señor Jefferson, como ya han oído hablar de él, me ha propuesto matrimonio en la última cena que tuvimos hace unos días —comencé a notar la desesperación en su voz—. Sé que todo fue muy rápido y lamento no haberles contado nada sobre él y yo, y tener que arrojarles la noticia de golpe, pero yo simplemente no encontraba la manera de decirles y... y-

—Tranquila, mamá, lo entendemos —hablé en tono apacible sosteniendo su mano. Obviamente no había terminado de procesar toda esa información que cambiaría nuestras vidas, pero era necesario darle apoyo desde el principio.

Ah, Sam, tú y tus cursilerías...

Nos dedicó a ambos una sonrisa materna. —Bien... Así que, ¿qué opinan? —preguntó mamá riendo nerviosamente.

—Esa respuesta es más que obvia, mamá... ¡Por supuesto que sí! —exclamé entusiasmada—. ¿Cierto, Bryan? —giré a verlo con una sonrisa de medio labio.