Capítulo 22: Bienvenida a Fresalandia.

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No puedo creer el problema en el que me he metido. Fui una imbécil. Las cosas así pasan cuando te dejas llevar por tus impulsos, sin pensar antes las consecuencias.

Por lo que puedo decir ahora...

Lección del día: piensa antes de actuar.

Piensa antes de actuar, son cuatro simples palabras que te facilitarán la vida. Sí, señor.

El sábado por la mañana, los chicos se fueron muy temprano. Pasé dos días encerrada en mi habitación, lo que significa que tengo que volver a ir a la escuela.

Fui al baño, para mirarme en el espejo. Mi cabello era un desastre. No recuerdo una vez en la que haya estado peor. Traté de cepillarlo un poco y me metí a la ducha.

Cuando salí, me vestí, tomé mis libros y bajé a la cocina, para comerme una manzana de desayuno.

—¿Listo, torpe? —le pregunté a mi hermamo burlona, mientras él trataba de ponerse su camiseta a duras penas, al mismo tiempo que no apartaba la vista de su celular.

—¡Sí! —exclamó ignorando por completo mi comentario.

—¿Hola? —me dirigí hacia él.

Toqué su hombro. —Buenos días, hermana, ¿qué ocurre, pequeña? —respondió con un tono pacífico.

Tragué el trozo de manzana, para reírme a todo pulmón en su cara. Él cambió su expresión a una cara de confusión.

—¿Buenos días? ¿Pequeña? —reí nuevamente—. ¿Qué has hecho con mi hermano?

—Lo siento —rió negando con la cabeza—. Al fin saldré con ella el fin de semana y estoy muy feliz —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Enarqué una ceja. —¿En serio? ¿Y quién quién es la afortunada? —pregunté curiosa.

—No te lo diré —sonrió con malicia.

—¡Oh, vamos! —respondí haciendo pucheros.

—¿Ya están listos? Se hace tarde para ir a la escuela —dijo Jackson desde el umbral de la puerta.

Mi hermano me sacó la lengua infantilmente, que seguido de eso, puse los ojos en blanco, dándome por vencida. No me quedó otra que ir al auto camino a la escuela, así sin más.

Bien, pudo haberse llevado la victoria esta vez... Pero no durara mucho tiempo. ¡Sea como sea, sabré quién será mi futura cuñada!

Siempre soñé con una cuñada, con quien se pueda hablar cosas de chicas, hacerle bromas a mi hermano, y esas cosas.

—Que tengas un buen día en la escuela, Sam —me dijo Jackson antes de que me bajara del auto al llegar a la escuela.

Hice una mueca y cerré la puerta del auto. Ahora que le gusto a Jackson, nada es igual.
Ahora es más cariñoso que antes. Demasiado empalagoso para mi gusto... y tener que vivir bajo el mismo techo con una persona a la que no le correspondes, es incómodo.

La brisa de otoño, acercándose a invierno ya estaba empezando a hacerse notar. Me abracé a mí misma, para tratar de conservar el calor, hasta llegar a los pasillos de la escuela.

Y ahí estaba Jaden, esperándome como de costumbre cerca de mi casillero.

«Bien, es hora de decir la verdad. Sólo... ¡Hay que hacerlo!»

Ni siquiera le di tiempo de saludarme y cerré mis ojos con fuerza, antes de prepararme y decirlo todo.

—Jaden, tengo que decirte algo —logré decir con voz temblorosa.

El diario de una NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora