Capítulo 55: Siendo padres.

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Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que di click en "Crear" :') Quería pedirles que por favor lean la nota de autora al final. Espero que les guste el capítulo, no se olviden de comentar! Sus comentarios significan para mí más de lo que creen, son de los mejores mensajes de aliento <3 


La cuenta regresiva para el día de la graduación había comenzado. Todo el alumnado se encontraba en sus asuntos, preparándose para la fecha, y yo... pues, tenía que adaptarme también a las circunstancias. Estaba sentada en la mesa de la cafetería junto a Lana y Cody escribiendo costosamente el discurso para la graduación. A mi parecer mi frustración era más que evidente, pero mis queridos acompañantes no se percataban de ello debido a que se encontraban muy ocupados en su nueva faena (besarse tan apasionadamente que resultaría asqueroso a la vista de otros). Al principio no le tomaba importancia al hecho de que mostraran su afecto frente a mí, pero últimamente esos dos han estado tan empalagosos que verlos juntos en sus momentos resulta algo incómodo de presenciar.

Estaba a punto de ir al baño para terminar de comer mi desayuno ahí —lo cual era menos repugnante que verlos a ellos—, pero apenas me levanté y giré sobre mis tobillos, mis ojos dieron con un par de brillantes ojazos azules que me observaban. Sin darme tiempo de reaccionar, besó mis labios suavemente a modo de saludo.

—Buenos días, Sam —musitó con voz ronca tan cerca de mi oído que mis poros se erizaron al contacto de su cálido aliento.

Estos últimos días mi relación con Bradley ha ido más que perfecta. Y pensar que mi yo de hace unos meses jamás habría imaginado que algo así ocurriría, cuando estaba a punto de dar por muerta la esperanza.

Por eso, desde entonces opino que la vida es una montaña rusa. Los buenos y malos momentos van y vienen como las subidas y bajadas de una montaña rusa. Habrán ocasiones en que todo parecerá ir en picada hasta llegar a lo más bajo, a ese lugar donde no parece haber salida y que muchos considerarán como el final del recorrido. Definitivamente es abrumador y estresante estar en ese punto, pero, veámoslo desde un mejor ángulo: estando allí tu única opción es ser valiente y subir, y entonces serás más fuerte cuando te toque enfrentar otra situación difícil.

Mi día en la escuela estaba por finalizar, la última clase del día había acabado y la cantidad de estudiantes en el salón disminuía conforme iban retirándose para regresar a sus casas. Pensé que sería la última en salir, o eso creí hasta que vi a Bradley aun guardando sus cosas en uno de los pupitres cerca de la puerta.

—¿Quieres que te ayude? —pregunté al notarlo algo frustrado y sin esperar respuesta, tomé su mochila.

—No te preocupes —dijo rápidamente y trató de arrebatármela sin éxito. Sabía que ocultaba algo en ella, así que me alejé un poco y observé el interior.

—¿Qué demonios? —espeté horrorizada—. ¿Cosas de bebé?

Regresé mi vista a la mochila para asegurarme de no haberlo imaginado. En efecto, realmente sí había pañales, ropa y un biberón. ¿Qué significa esto?

—Te dije que no te preocuparas —musitó resignado y esta vez sí logró quitarme el objeto de las manos—. La señora Hemsworth, mi vecina, debe asistir a una importante reunión fuera del Estado, pero no encontró manera de que su niñera cuidara a su bebé todo el fin de semana, así que me ofrecí a cuidarla. Ella en su apuro me entregó todas estas cosas cuando iba de camino a la escuela; el resto es historia.

—¿Y por qué harías eso? —pregunté un poco más tranquila, aunque algo no terminaba de encajar bien—. Digo, no eres el único adolescente en la cuidad que pueda hacer eso el fin de semana...

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