Capítulo 25: Bon voyage.

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Me alegra de que las cosas entre yo y Jaden las hayamos resuelto mutuamente, lo menos que quería, era una pelea.

Ya saben, conflictos generan más conflictos.

Que inteligente de tu parte, Sam; no lo sabía, créeme.

Sonó el timbre de entrada a clases y me dirigí a mi clase correspondiente, que desde siempre ha sido mi favorita: Literatura.

Caminé hasta mi asiento, para colocar mis libros sobre la mesa y sentarme en mi silla.

Una vez el salón en silencio, la señora Robinson, se aclaró la garganta para comenzar con su clase.

Desde pequeña me ha apasionado la literatura. Desde los cuentos que me leía mi madre antes de dormir, hasta las obras de grandes escritores que lograron que me enamorara tanto así de la literatura, que al terminar este último año, estudiaré Literatura Inglesa.

Encantada por las palabras que Bradley citaba de Shakespeare, voluntariamente durante la clase, hizo que perdiera la noción del tiempo.

Hasta que una voz que sonaba terriblemente enojada, me sacó de mi trance, sobresaltándome.

—¡Señorita Williams! —la voz de la señora Robinson llamó mi atención.

—¿Sí? —tartamudeé al notar que toda la clase había volteado a verme.

—Me sorprende que no esté prestando atención a el señor Holmes en mi clase, ¿a usted le pasa algo? —Bradley estaba congelado en su sitio, mirándome.

Tragué saliva. —¿A... ¿A mí? —se cruzó de brazos burlonamente.

—Sí, a usted, ¿o es que acaso hay otra señorita Williams por aquí? —toda la clase comenzó a reirse ante el comentario. Me encogí en mi asiento, nerviosa—. Suficiente, harán un resumen de Colinas Borrascosas para la próxima clase —todos dejaron de reirse. La señora Robinson se volvió a mí y me observó acusadoramente por sobre sus gafas—. Y usted, señorita Williams, al parecer no entendió mucho mi clase, debido a su extraña falta de atención, así que hará el resumen con el señor Holmes y...

—¡No! —grité incoscientemente, levantándome de mi silla. Aunque ya tenía claro lo que sentía por Bradley, me quería alejar por un tiempo de él y del drama que ha estado alterando mi vida últimamente.
Necesitaba un respiro.

Todos voltearon a mirarme nuevamente. —¿Por qué no, Williams? ¿Tiene usted algún problema con el señor Holmes? —su tono era intimidante. A la señora Robinson no le gustaba que la contradijeran de esa manera.

Me senté en mi silla nerviosamente, otra vez. —No... Claro que no, ningún problema —vi a Bradley en su asiento mirándome con una sonrisa de extrañanza.

—Eso pensé —contestó amargamente antes de volverse al escritorio, recoger sus cosas y salir, dando por terminada su clase.

Todos empezaron a salir por la puerta como una manada de jabalíes salvajes, como si de una carcel se tratara.

—¡Libertad! —gritó dramáticamente un chico.

Reí por lo bajo, mientras recogía mis libros para salir de ahí también.

—Sam... —mi sonrisa se desvaneció.

Uh-oh. —Bradley, yo... yo, lo siento, tengo que irme —tartamudeé tratando de irme de ahí lo antes posible, pero tiró de mi brazo obligándome a verlo.

—No, Sam. ¿Ahora por qué de repente me ignoras? —frunció el entrecejo.

—Yo... No lo sé —me congelé en mi lugar.

El diario de una NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora