X: Mordida.

437 38 7
                                    

Editado: 16 de agosto de 2018

Yuuki:

¿Qué es esta angustia que siento?

Preguntaba por onceava vez entre las sabanas.

Hace dos horas, Kaname vino a mi habitación y me abrazo como nunca. Me estremecí en sus brazos y prometí no volver a enfrentarme a aquella mujer de ojos ambarinos. Estaba tan preocupado por mí. Él esperaba en la habitación cuando llegue con la ropa vuelta trizas; me limpio el rostro quitando el polvo y espero todo el tiempo que duré aseando mi cuerpo. Cuando se marchó, escuchaba a lo lejos sonidos extraños. Pasos fuertes, hojas quebrándose, tierra moviéndose...

Salí al pasillo para entonces dirigirme a la fuente de aquel sonido. Pero me encontré con Ruka-senpai frente a la puerta de mi habitación.

— ¿Hacia dónde pretende ir Yuuki-Sama? —pregunto la elegante vampiresa con los brazos cruzados.

—Bueno, yo... quería dar un paseo— respondí a su pregunta mirando hacia el suelo cruzándome de brazos.

Yo era su superior, aunque suelo sentirme denigrada ante ella. Su elegancia y serenidad me hacían ver como una simple chiquilla, sin quitar el factor que está enamorada de Kaname...

—Lamento decirle que por órdenes de Kaname-sama, no podemos dejarla salir —informo empujándome suavemente por los hombros otra vez hacia la habitación.

Dentro de la habitación nuevamente me mordí las uñas con nerviosismo, no sabía porque mi cuerpo se encontraba inquieto. Sentía la necesidad de salir.

«Al parecer los instintos vampíricos que tienes son de adorno. Siéntate tranquila y medita, siente todo a tu alrededor y serás capaz de ver más allá de estas paredes».

Otra vez esa voz resonando en mi mente y diciéndome que decir, aunque ya estaba sentada en el suelo. No puedo oponerme. Con leves respiraciones, relaje mi cuerpo y en efecto, mi campo audiovisual se activó. Era como ver toda la academia y a sus estudiantes. Los arboles respirar, podía sentir el aire exhalado por Ruka-senpai al suspirar. Pero no era eso en lo que tenía que concentrarme, era en aquel extraño paisaje en el que tres masas de energía se debatían. No eran cualquiera, era la tal Hikaru, un vampiro desconocido y Zero... ¿Qué rayos estaría pasando allá? No paso mucho tiempo y ahora Zero estaba cargando en su hombro a la chica.

Mi sangre empezó a hervir de una forma extraña debajo de mi piel. Concentré toda esa conexión que me permitía ver todo alrededor de Zero y la perdí completamente en cuanto entro al dormitorio masculino.

¿Una barrera?

¿Acaso pensara morderla? De a segundos mi pánico aumentaba.

— ¿Yuuki-sama? —preguntó Ruka confundida al verme de nuevo en el pasillo.

¿Cuándo salí de la habitación?

—Lo siento, espero y me perdones por esto... —me disculpé con antelación.

Observe su rostro confundido cuando retrocedió por instinto, unos pasos, pero fue muy lenta. La sostuve por el cuello y miré directamente a sus ojos.

—Duerme —ordene.

Como sangre pura siempre tendré cierto control sobre los vampiros nobles. La sostuve antes de que cayera al suelo y la arrastre hacia mi habitación. Kaname me había explicado y enseñado la capacidad que poseo, de obligar a vampiros menores a cumplir mis órdenes. Cuan útil puede ser esta temible habilidad.

Llegue en un santiamén al dormitorio Sol, justo frente a la puerta de la habitación de Zero. La puerta desgraciadamente tenía seguro y me vi obligada a subirme al techo para poder entrar; la ventana estaba abierta y cuando hice contacto con el suelo de madera de la habitación, noté que Zero estaba de pie frente al sofá. Me alarmé y mordí el interior de mis mejillas, ya que ahí descansaba mi sustituta, en un sueño bastante profundo porque no había reaccionado.

— ¿Zero? —pregunte acercándome con pasos suaves que ni siquiera hacían sonido sobre la madera.

Él me apego a su cuerpo, con sus manos me abrazo y cerré los ojos sabiendo lo que venía.

Encendió algo muy profundo dentro de mí ser. Fui mordida.

—Sabía que no podrías resistirte a mí, Zero —susurre con voz aterciopelada mientras deslizaba mis manos por detrás de su cabeza.

Su pelo platinado se escurrió entre mis dedos... suave... Sus manos apretaban mi cintura... necesidad... Sus colmillos incrustados con fuerza en mi cuello... furia... Su lengua moviéndose aun así en mi cuello, acariciando la piel... lujuria.

—Yuuki —arrastró las palabras separándose.

Sus ojos brillaban en un intenso color rojo carmesí, sus labios escurrían sangre hasta llegar a la barbilla y unas cuantas gotas mancharon el suelo. Pelo despeinado, camisa con los botones sueltos; revelando indebidamente su figura y los pantalones flojos.

¿Por qué sentía mi cuerpo ardiendo?

«¿Quieres que te lo explique con un libro de ilustraciones? Se llama apetito sexual, estas excitada por su sangre».

Mi mandíbula se desencajo y empecé a retroceder.

El rostro adolorido de Kaname me cayó como un balde de agua fría.

—No.... no, no le puedo hacer esto —dije más para mí misma que para Zero quien extendió su mano hacia mí.

—Yuuki —susurro con la boca manchada de mi sangre.

Cerré los ojos con fuerza, su voz era dulce. Zero nunca me había hablado de esa forma.

—Yo...yo, lo siento. —Me di la vuelta y salte por la ventana.

«Eres muy egoísta, Yuuki... Ambicionas quedarte con ambos, no eres tan santurrona después de todo y no culpes tu sangre vampírica. Porque... Aunque sea la verdadera tú, el deseo de querer ser amada por ambos siempre ha estado presente... Fíjate, aun así, te está esperando sonriente».

Mordí nerviosa mi labio inferior sin poder detener las lágrimas. Descienden sin control por mis mejillas, calientes sin intenciones de parar. Kaname frente esperaba dolido, el agua de la fuente salpicaba sus pantalones. Esta imagen volvía mi corazón arena.


+++++

Lo disfrutaron?

Den amor.

Lo prometo {Vampire Knight}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora