(Para ubicarse en la historia con el manga, seria del capitulo 60 en adelante. Disculpen que este capítulo sea corto).
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—Excelente trabajo Hikaru-chan, recuerda entregar el reporte en la semana —elogió el director con una sonrisa carente de felicidad, ojeo los documentos con una tristeza que me pareció enfermiza.
A veces me pregunto qué hace alguien como él siendo director de la asociación, no parece alegrarle el exterminio de estos asesinos. Quiero decir, normalmente cuando terminaba una misión era motivo de celebración por la cantidad de vampiros que exterminaba.
"Probablemente él forma parte de la balanza para que ambas partes no se destruyan. Ya sabe usted, todo sea por un bien mayor", comentó Ichi... Akayuki. "Gracias".
Revolee los ojos mientras mis pensamientos vagaban en esta sensación punzante en mi pecho, era incómoda. Aún permanecía ahí esa maldita ansia de gritar y ahora el cuerpo lo sentía pesado, síntomas de la gripe por salir a correr bajo aquella lluvia del día anterior. La bilis me subió por la garganta al recordar el por qué salí a correr bajo la lluvia.
El director carraspeo la garganta así que deje de distraerme con el listón que mantenía mi coleta.
"No vuelva a correr en la lluvia, por favor y hable, él parece estar esperando... Ya me quiero ir de este lugar, es...", rogó Akayuki.
— ¿Sabe usted que el periodo de reacción de las puertas es lento? —inquiero notando como se pone nervioso, desvía la mirada y eso me deja saber que está al tanto del fallo—. Si el propósito de esta fortaleza es ser atacada, lo cumple. Aunque dudo que con la cantidad de guardias custodiando cada esquina esa sea la meta. Una gran cantidad de personas en una estructura inadecuada puede ser una tragedia en momentos desesperados... Si quiere un reporte bien detallado en relación a los puntos flojos de esta infraestructura con tal de maximizar la seguridad, estaré dispuesta a hacerlo. Recuerde que estoy aquí para ayudar a la asociación —finalicé dejando caer una carpeta con el reporte de la misión sobre el escritorio.
La sorpresa en el rostro del director es un poema cuando tomo el documento entre sus manos. Para mi es normal entregar un reporte de mis objetivos inmediatamente terminada la misión.
—Fui entrenada de esta manera —alego encogiéndome de hombros antes de salir de la oficina sin esperar una respuesta—. Esperare ansiosa mi siguiente misión.
—Espera —pidió Yagari-sensei para que no dejara que se cerrara la puerta. Asentí viendo como él y el director intercambiaban unas palabras y luego me despedí.
Mi método de cacería es bastante simple. Investigo a mi presa, la conozco y luego ataco. La cacería no es algo de tomar a la ligera, para mi requiere el mismo enfoque con el que un monje llega al estado Tukdam*. Para empezar, investigo a mis objetivos, los sigo y observo; memorizo sus rutinas. Luego de saber sus rutas y comportamientos (la velocidad con la que caminan, cuan fuerte pisan, concurren lugares públicos, sus relaciones), ataco. Aunque siempre dejo una que otra brecha para que puedan escapar con el fin de torturarlos con el miedo de cuando atacaré, darles incluso una chispa de esperanza. Esa esperanza de la salvación que nunca llega. Solo para divertirme.
Caminé por los pasillos hacia la salida hasta que escuché voces...
—Escapaste por poco de la muerte.
Ese fue Zero.
Al fondo del pasillo estaba él cargando a Yuuki —sentí una punzada en el corazón—, quien pareció haber estado cerca de morderle el cuello. Luego lo demás pasa muy rápido, la ventana se rompe y ella sale por esta. Él se queda parado, esperando...
— ¿Qué? Anda, ¿no la vas a seguir, Romeo? —pregunto desde mi lugar.
Él se gira y me ve con una expresión contrariada, como si mi presencia empeorara la situación. Suspiro y retomo mi rumbo. Necesito descansar. Él parece entender y se hace a un lado, sin hacer ningún comentario.
—Te veré en los dormitorios —susurra cuando paso a su lado, solo le miro de reojo y continuo mi camino.
Terminaba de beber mis medicamentos cuando sentí un alivio. Esa voz que no era la de Ichiru enmudeció y me sentía de alguna forma más limpia. Me levanté de la cama y me dirigí a la ventana. Ahora que no compartía habitación con Sayori me aburría, extrañaba al rayito de luz, pero si me acercaba demasiado a ella podría terminar extinguiéndose.
—Akayuki —lo llame.
Mi pelo quedo suelto en un parpadeo, en un destello Akayuki tomo la forma de Ichiru con el yukata blanco del día que le encontré. En una de una de sus orejas esponjosas estaba el pendiente y el lazo estaba atado a uno de sus mechones platinados. Me acerqué y le tomé del rostro, su mirada impasible me tranquilizaba. Acaricié sus mejillas, él cerro los ojos y noté un brillo extraño.
—Ama, la escucho.
Eso bastó. Le abracé sin que me correspondiera el abrazo y grité. Grité hasta que la voz se me quebró. Grité por el monstruo que devolvió al que fue mi alumno y amigo, ese que transformo su alma en un espíritu que ahora quiere descanso eterno tras una venganza que no sé conseguir. Grité por Zero, porque le amaba y no podía decirle nada ya que no me recordaba. Grité aún más fuerte por Zero, porque era un títere y no sabía cómo ayudarle. Grité por mi amor no correspondido. Grité por un deseo bizarro, uno por el que me castigarían en mi país. Grité por mí, por ser patética y porque ahora el ser fuerte no me sirvió de nada.
Pronto la habitación se llenó se sollozos.
— ¿Mejor? —preguntó acomodando mi pelo, un gesto bastante humano viniendo de un espíritu.
—Si, puedes volver a atarte a mi —susurre carraspeando la garganta. Él asintió y volvió a ser un lazo, lo único que esta vez atado en mi muñeca.
Salí de la habitación hacia el baño, lavé mi rostro. Al volver al rostro me encontré con Zero.
— ¿Qué necesitas? —pregunté cerrando la puerta y lanzándome a la cama.
—Necesito un favor de ti, devoradora de croquetas —respondió, abrí los ojos lo más que pude y me incorporé en la cama.
— ¿Un favor? —pregunté sin creerlo.
—Si.
—De... ¿mi? —me gané una de sus miradas matadoras—. Disculpa, es que necesito estar segura, depende de lo que sea.
—Te vine a entregar esta carpeta. Es una misión con Yagari-sensei, quiero que me des tu lugar —suspiró cuando dejó de hablar, ni siquiera me miró cuando me dijo lo que deseaba—. Entonces, ¿me cedes tu lugar?
—Lo pensaré, ahora vete, intento dormir.
Volví a recostarme y me tape con las sabanas, cerré los ojos y esperé a que se retirara. Escuché sus pasos alejarse, se detuvo y volvió a hablar:
—Lamento... lo que pasó en el baño, solo olvídalo.
Luego se fue, rechiné los dientes y tras maldecirlo pude dormir. Esa noche soñé otra vez con los laboratorios de Alemania, ese día en que ni mis aliados se salvaron de aquella explosión.
(....)
Tukdam*: una especie trance entre la vida y la muerte.
Eso es todo por hoy.
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Lo prometo {Vampire Knight}
Fiksi PenggemarZero está molesto de que el director haya decidido buscarle una compañera para vigilar a la nueva clase Nocturna ya que Yuki con su reciente transformación es un peligro para el alumnado. Hikaru Yamanobe es la nueva guardiana sustituta de Yuki, que...