XXXI: Conversaciones

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(Seguimos en el capítulo 73-74).


El mismo día más tarde María Kurenai, la sanguijuela que estaba obsesionada con... mi hermano ahora me seguía a todas partes y trataba de entablar conversaciones conmigo. Empezaba a hostigarme siguiéndome a los jardines, ahora mismo estaba parada a mi costado con una sombrilla para el sol justo después de encontrarme con Sara... Quien ahora también tomó algún bizarro interés en mí.

—No debes estar aquí —le advertí, ella se quedó en el mismo lugar con una leve sonrisa.

La conversación con ella se tornó personal, preguntándome sobre si me sentí traicionado por Yuuki, que ella sabe que la sangre de Ichiru reside en mí, igualmente la de Shizuka. La chica empezó a toser y realmente me molestó tener que encargarme de ella.

¿Cuándo los vampiros entenderán que no pueden estar bajo la luz del sol? Tuve que cargarla devuelta a su dormitorio, detestaba ese lugar.


Ahí me tope con ella -ella quien siempre hace a mi ser entrar en conflicto-, después de dejar a Maria en su habitación y rechazar su invitación a beber de su sangre -incluso cuando ella estaba tan débil.

—Disculpa los problemas que te he causado, supervisaré la situación de hoy —hablaba Yuuki mientras caminaba hacia las escaleras, dirigiéndose a mí pero sin mirarme—. Ahora mismo organizaré un sistema para evitar que esto vuelva a repetirse.

Empezó a subir las escaleras pero antes le dije:

—Eso sucede porque su jefa no los controla apropiadamente, si planeas actuar después de que algo malo le suceda a la clase diurna será demasiado tarde y si no puedes controlarlos... Deja esta escuela ahora mismo.

Ella se detuvo en la escalera y me respondió, supongo que con la cabeza baja ya que nos estábamos dando la espalda:

—Quizás eso sea lo mejor, aquí hay personas muy complicadas.

Un silencio acompañó su oración, realmente estaba suspendida en sus pensamientos. La conozco, bueno, lo que conozco de ella significa que ella pensando en algo que pone a otros por encima de ella misma.

—Si me voy, estaría condenando a muchas personas y me aterra ver el resultado.... ¡Extraño hablar contigo como antes, Zero!

Mis impulsos actuaron por mí, sabiendo algo que mi cerebro no podía analizar todavía.

— ¿Acaso te volviste loca por abstinencia? —tomé su brazo y la atraje— Ven.

Caminamos dentro del bosque que rodea la academia, lejos donde ya no se veían los edificios. Yuuki vigilaba todos mis movimientos, no sabía si ella realmente no entendía o estaba pretendiendo. Tomé las mangas de mi chaqueta y las subí un poco para poder presionar los colmillos sobre mi muñeca.

—Creo que nuestros intereses son los mismos. —La sangre empezó a correr por la perforación recién hecha, la miré sintiendo como algo dentro de mí se revolvía y se lo pedí—. Bébela, deja de ser una cobarde o tu clase nocturna se derrumbará.

La expresión en la cara de Yuuki fue fácil de leer, la entendía... Confusión, negación y al mismo tiempo deseo.

—No la tomaré, no quiero.

—Entendido, no puedo dejarle la responsabilidad de la clase nocturna a alguien que sabe lo que quiere y no da el paso.

Yuuki aun así me pidió que cuidara más de mí mismo, justo después de tomar mi mano con expresión herida, contrariada con lo que pensaba y lo que iba a hacer. Luego solo vi como su fuerza aumento y en vez de morder mi muñeca, bebió de mi cuello.

La sentí en ese pequeño espacio de mi mente, ese resguardado por las espinas donde estaba ella, donde estaba Ichiru...

—Deja de fisgonear.

—Está bien, no vi nada... casi.


Ese día fue el que volví a hablar con Yuuki y a trabajar hombro a hombro, fue el mismo día que al llevarle tulipanes a Hikaru, lejos en el pasillo frente a su puerta vi a Kaito, a quien luego le rodearían el cuello los brazos de Hikaru.

¿Qué estaba pasando y qué hacía aquí?

La respuesta de aquella pregunta llegó después de formularla.

Se miraron por unos instantes y sonrieron antes de que Hikaru diera el primer paso, presionando sus labios contra los de Kaito. Unos segundos y luego se estaban riendo, entrando a la habitación de mi amiga de la infancia.

Lo último que escuché fue la puerta de su habitación cerrarse y como en mi pecho, algo que había empezado a crecer empezó a doler.



Hikaru:

Los hombres son egoístas por naturaleza, lo quieren todo y juegan con los sentimientos de los demás.

Pero estaba cansada de pensar, necesitaba sentir. Allá en casa tenía a alguien, aquí debo tener a otra persona para eso que me mantiene en pie y sobria. Es una forma de desintoxicar mi.... Cerebro, de quedar en blanco.

—Kaito, ¿aún está en pie esa cita? —le pregunté en la Asociación.

Eran las primeras horas de la madrugada después de patrullar, Zero había faltado y se había quedado en la academia. Sin embargo, yo no era igual, a mí me podría estar llevando el diablo de la mano, los demonios invadiendo mi cabeza y aun así seguiría en pie... Cumpliendo mis misiones, pero sé cuándo tomarme mis descansos sin perjudicar mi trabajo. Mi descanso en este momento tenía unos bonitos ojos marrones.

—Claro hermosa, hay una pastelería que venden dulces tan azucarados como tú —su cumplido me hizo silbar.

—Hace mucho no escuchaba un piropo como ese, lindo, pero si me hablas de postres es porque ya comimos y querido... Yo tengo mucha —me acerqué tocando su rostro, noté como entendía a lo que me refería. Mordí mis labios suavemente para dejarlo aún más claro y noté como tragaba con fuerza— hambre, así que te estaré esperando.

Deposité el papel que decía: Ven a mi cuarto cuando te bañes, me gusta que los hombres tengan olor a jabón no a polvito de sanguijuela. Mientras más pronto, mejor.

Me alejé luego de darle un beso en la mejilla, los cazadores que se encontraban en el pasillo silbaron también, son la mayoría hombres y en este país el afecto era extraño, aún más en este ambiente.

Ya de vuelta en la academia a lo lejos vi un uniforme blanco, son las siete de la mañana.

¿Qué hace un vampiro con pleno sol merodeando por los jardines?

Empecé a caminar hasta que vi a Zero levantarse del suelo, detuve mi andar y me quedé observando. La cargo a su dormitorio todo el camino, ¿cómo puede tenerla tan cerca con esa expresión neutra y no una de asco?

El disgusto, la traición... ¿acaso esta era un tipo de rabieta hacia mí?

De todos modos lo seguí, estaba sentada en la rama de un árbol cuando le vi salir de los dormitorios arrastrando consigo a la princesa sangre pura. Esto cada vez se volvía más turbio y no quería ver como terminaba, así que decidí no pensar en lo que pasaría entre los troncos y más en lo que sucedería en mi cama en unas horas.

Solo fue cuestión de tiempo, llegar a la habitación no tomó nada y bañarme menos. Cuando el chico alto toco a mi puerta solo éramos él y yo, Zero no podía tenerlo todo... Yo tampoco, pero a diferencia de Zero... mi ingenuo amigo que cree que sabe lo que hace, que se mueve como quiere... Yo sí sé lo que quiero, lo que hago, por qué lo hago y tampoco alguien me controla. Así que hoy, me cojo al muchacho que patrulla con el que me gusta porque puedo y sinceramente... Me lo merezco.

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El próximo capítulo viene spicy ♥ 

Es corto pero tiene sustancia.

Imagen de Kaito Takamiya en multimedia. 

Nos leemos pronto. 

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⏰ Última actualización: Sep 26, 2020 ⏰

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Lo prometo {Vampire Knight}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora