Capítulo 39 {Parte 1}

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Veía a Sabrina comerse uno por uno los cinco waffles que le había preparado, sumidas en un total silencio, cosa que muy raras veces pasaba entre nosotras. De hecho, jamás nos habíamos quedado tan calladas. No hasta que pues... pasó lo que pasó.

-De verdad lo siento, _____ -Sabrina dejó el tenedor en el plato, mirándome-. Yo pensé que... Sabes que me gusta irrumpir en los apartamentos como si fueran míos y siempre lo hago. Pero no me imaginé que...

-Ya te disculpaste, mujer -le corté, sonriendo a medias-. Pero que esto te sirva de ejemplo, ¿eh? Si vas a irrumpir de nuevo en un apartamento ajeno, toca antes de entrar -le guiñé un ojo y Sab sonrió.

Ella pareció entrar mas en confianza porque se acercó a mí y empezó a susurrar mirando de vez en cuando a la puerta para ver cuando Corey saliera de ella.

-¿Hasta qué punto llegaron? -preguntó y yo fruncí el ceño.

-¿Punto?

-Si; punto. O sea, que si... -hizo una mueca obvia-... llegaste a verle algo más que el corazón.

Yo solté una carcajada, seguida por ella.

-¡Claro que no! -exclamé de repente con un ataque de risa-. Apenas si iba a sacarle la camisa cuando apareciste en plan «¿Keh stah phazandoh?» -Sabrina rió-. ¿Tú si viste a Bradley, picarona? -le codeé el brazo.

Ella rió otra vez y negó con la cabeza, secándose una lágrima. Tomó aire y habló.

-Siquiera logré quitarle la camiseta al tiempo en que Sarah entraba a la habitación con Peyton pegado a la boca en plan... ya sabes -meneó las cejas picaronamente-. Acordamos en que yo no hablaba con mamá si ella tampoco lo hacia.

Y empezamos a reír como focas con epilepsia al tiempo en que Corey entraba ya cambiado y temblando de frío.

-¿Ya se te bajó la calentura, grandote? -preguntó Sabrina, obviamente en doble sentido.

Corey le envió veneno a través de la mirada.

-Pe-pervertida -masculló, temblando.

-Mira quien habla -contraatacó ella.

-¿Tan fría estaba el agua? -le pregunté a Corey, tratando de sonar natural.

Éste asintió sin mirarme.

-¡Que no iba a estar si necesitaba mínimo un balde con hielo y siete días en el polo norte para bajar esa cosa!

-¿No vas a dejarme en paz despues de esto, verdad? -preguntó Corey a Sabrina y ella negó.

-Nop -dijo-. Te persegiré para siempre recordandote que yo, Sabrina Ann Lynn Carpenter, fui la primera en ver el tamaño de Corey Junior.

-¡Sabrina! -chilló él, completamente rojo.

-Si, Sabrina ¿Quieres dejar de alardear sobre tamaño del aparato reproductivo de mi novio? ¡Por Dios, mujer, esa tarea debería ser mía! -exclamé y ambas saltamos en una carcajada otra vez. Corey nos sacó el dedo a las dos.

Reímos y nos pusimos a hablar de otra cosa antes de que Corey terminase vuelto el primer tomate humano en el mundo.

-Bien, a lo que venía antes de todo esto -dijo Sab y nos miró-. ¿Dónde piensan pasar noche buena y navidad? -preguntó.

-Aquí, supongo -respondí.

-¿Por qué? -le preguntó Corey.

Sabrina sonrió y junto sus manos sobre la mesa, dándole un apariencia de negociante.

-Pues porque recibí una llamada de mi mamá diciendo que estarían en nuestra casa de invierno para estas navidades y me invitaron a pasarla con ellos. También me dijeron que podía llevar amigos conmigo -explicó-. No queda lejos; Hoboken, New Jersey. Es solo para que no pasen su primera navidad solos aquí. ¿Que dicen?

Al Estilo De Sarcastichica [Corey Fogelmanis y Tú] {AEDDC#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora