Capítulo 34.

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Me desperté a causa de la maldita alarma que había dejado programada en mi iPhone a las seis y media de la mañana. El tono de alarma era la canción de Sabrina, Eyes wide open, ya que era mi favorita de ella hasta ahora.

Tarde o temprano terminaría odiándola, de seguro; jamás de los jamases pongan su canción favorita de tono de alarma.

Por suerte la canción terminó antes de que quisiera aplastar mi presiado iPhone de un solo puñetazo. Quise moverme pero un peso en mi pecho me lo impidió. Bajé la vista para ver como mi lindo, tierno, esquelético pero muy sensual novio dormía plácidamente en mi pecho, utilizando a mis niñas como almohada.

Esto sería incomodo si 1. No se viera tan tierno durmiendo y 2. Yo no llevase puesta su camiseta de algodón lo suficientemente grande como para cubrir lo que tiene que cubrir.

A parte de eso, tenia las manos enrolladas en mi cintura y una pierna enredada con la mía, lo que explicaba por qué me dolían tanto las articulaciones.

Niñas, Corey tiene mal dormir.

Quiero despertarlo a base de caricias en el cabello y eso, pero lo único que mis manos pueden hacer es pellizcarle la nariz hasta que se dé cuenta de que no puede respirar y termine tosiendo como loco. Me miró con ojos bien abiertos, y yo le sonreí solamente, evitando hablarle ya que tenia mal sabor de boca.

Le indiqué con la cabeza que iría al baño y él asintió, desperezándose. Hice lo que la gente normal hace en los baños y cuando ya estaba limpia salí, encontrando a Corey abrazando a una almohada, con la cabeza hundida en ella y el culito parado. Durmiendo de nuevo, como no.

—Y eso que es él quien debería estar preparándose y no yo —comenté rodando los ojos, aproximandomé hasta él y proporcionándole una patada al culo—. ¡Mueve el trasero que no tienes, Shain! ¡Mich nos quiere abajo a las ocho!

—Mich... A las ocho... Dormir más... —balbuceó.

—¿Dormir? ¡Oh, no! ¡No hay tiempo para dormir! ¡Despierta! —grité, lanzándome encima de él y zarandeándolo.

Vaya, ahora me parezco a mi prima.

—¡Despierta, hongo con patas! ¿Que no querías actuar en una obra de teatro? ¡Noticia: ya tienes una y te esperan a las ocho! ¡AHORA DESPIERTA!

Al fin y al cabo, mis gritos de histérica sirvieron de algo y en cinco minutos Corey salía del baño vestido bien guapetón y listo para el desayuno.

—¿Que comeremos? —preguntó, sentándose en la barra.

—Si, buena pregunta: ¿que comeremos, _____? —preguntó Sabrina, entrando como si irrumpir en una habitación ajena fuese lo mas normal del mundo.

—¿Como entraste? —inquirimos Corey y yo al unísono.

Sabrina se encogió de hombros sentándose al lado de Corey y dejó unas llaves en la barra, para que nosotros las observáramos.

—Una chica de limpieza me las dio a cambio de unas fotos —habló como si nada y nosotros rodamos los ojos—. En fin, tengo hambre. Denme de comer, por favor.

Negué con la cabeza resignada a que tenia amigos muy raros y me encargué de preparar tres bols de cereal y leche para cada uno. Los puse en la mesa cuando estuvieron listos y ni siquiera me dejaron apartar las manos cuando ya Sabrina y Corey estaban devorando los suyos.

—Maleducados —marcullé y también me puse a comer como cavernícola.

—¿Llamaron a los muchachos? —preguntó Sabrina de repente y yo casi escupo el cereal en la cara de Corey.

Al Estilo De Sarcastichica [Corey Fogelmanis y Tú] {AEDDC#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora