La Bestia y su Amo

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El sol ni se había asomado aquella mañana, el cielo estaba gris con nubes amenazantes en toda su extensión infinita. De vez en cuando miraba hacia arriba mientras caminaba por la acera, esquivando a algunos transeúntes que pasaban al lado contrario. Deseó que no fuera a llover, no se había hecho de un paraguas y odiaba mojar su cabello; en las películas, la lluvia parecía muy romántica y, hasta cierto punto, seductora, pero en la realidad, te hacia oler mal, te daba frio y estaba tan contaminada que tus cabellos se volvían tiesos conforme se secaban.

A unos cuantos pasos más estaría dentro de la institución educativa.

Una chica se le adelantó en los pasos y dado que estaba apresurada, chocó hombro con hombro con él. Al principio creyó que se iría pero luego de unos segundos avanzando, se giró y con una mueca infantil pero alegre, le pidió una disculpa alegando ir tarde. No le dio tiempo a responder a su petición, ella ya estaba corriendo para adentrarse, apenas cruzó la puerta de entrada y el timbre sonó con aquel melodioso tono.

No tenía intención él de agobiarse por la puntualidad, siendo su primer día de clases, debía ir con la directora, con el supervisor y quizá hasta con los encargados del comité escolar. Por lo menos, asi le había pasado en los antiguos institutos. Su mano empujó, sin mucha fuerza, la puerta de entrada sintiendo que la historia comenzaba de nuevo.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Capitulo 1::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::


Un chico azotó la puerta metálica del casillero pero no con intención ofensiva, era por la prisa. Los ojos negros lo observaron calculadores, al parecer, todos tenían poco tiempo para moverse en ese lugar. La primera clase ya había pasado y estaba por integrarse a la siguiente, miró su hoja con los horarios establecidos, seguía "Estilo y corrección literaria", sin querer, se hizo una idea de lo que trataba la materia.

El problema era encontrar el salón.

Miró sin mucho interés como chicos y chicas caminaban alegres pero a paso rápido, platicando y riendo entre charlas. Ninguno le prestaba atención al chico nuevo, quizá ni se habían enterado que había un chico nuevo.

-Hola. –escuchó mientras sentía un leve estirón en su camisa, se giró un poco encontrándose con una joven de cabellos rosados y ojos verdes. Llevaba un traje de animadora deportiva. Se mordió el labio unos segundos antes de seguir hablando. –Noté que eres nuevo en la escuela. Soy Sakura Haruno, de tercer grado.

-La chica con prisa. –le dijo aceptando, sin embargo, el saludo de mano. –Sasuke Uchiha.

-Ay, si. –sus cejas se curvearon mostrando su arrepentimiento. –No me gusta llegar tarde a clases, en verdad lo siento.

-Está bien.

Él estaba acostumbrado al silencio, a ser observado y resolver las cosas por sí solo, sin embargo, resultó que ella no y con una extraña confianza, se le aferró al hombro y lo guió hasta el salón correspondiente, no sin antes pasarle su número telefónico y describirle los lugares donde solía estar por si necesitaba algo.

Le agradeció con una leve y breve sonrisa y se adentró a su segunda clase.

Por lo general, lo hacían presentarse frente al grupo, decir sus intereses, un poco de su historia y algún tip para convivir con él pero esta vez, Sasuke solo ocupó su asiento y disfrutó de la clase en completo silencio. Nadie lo notó, nadie le miró por más de dos segundos.

Le estaba agradando esa escuela.

El almuerzo también se veía bastante normal, formados en filas dobles con sus charolas, charlando y riendo, quejándose y contándose secretos. Por alguna extraña razón, Sasuke se sentía invisible y eso no le gustaba, por lo menos no ahora. Buscó con la mirada a la chica de extrovertidos cabellos rosados pero no la encontró por ningún lado, suspiró confundido, estaba actuando raro, él nunca había tenido la necesidad de tener a alguien a su lado haciéndole compañía.

La Bestia Y Su AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora