Capitulo 17

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"Eres mío"

"Obedéceme"

"Tu fuerza es incomparable"

"Soy tu dueño"

-¡Sasuke, despierta! –le siguió agitando hasta que el Uchiha abrió por fin los ojos. –Dios santo...

-... Karin. –su mente estaba revuelta, todo había sido un sueño. Un extraño sueño. Quiso tragar la saliva que ya llevaba un rato en su boca y se dio cuenta que estaba muy seca la garganta. Sin embargo, su frente, cuello y espalda estaban cubiertos por un sudor frio.

-¿Estás bien? –se le notaba preocupada. –Ya es tarde, ni siquiera escuchaste la alarma de tu celular.

El moreno le echó una mirada a las demás camas, todas estaban vacías y limpias. Suspiró un tanto molesto y sin mirar la hora se levantó dispuesto a asistir a las clases restantes. Se desabotonó la pijama y caminó confianzudo hasta las duchas mientras se quitaba la parte superior.

-¡Sasuke! –la chica le detuvo a medio camino. -¡Mira nada más! –le giro presionando su antebrazo. -¿Qué es todo esto? –su mano delgadita acarició la blanca piel del muchacho en el área de la espalda alta y los hombros.

-¿Qué? –le ardió al toque. -¿Qué tengo?

-¡Ansiedad! ¡Eso es lo que tienes, de seguro! –le regañó. –Estas marcas rojas son de tanto rascarte y rascarte. Te estás abriendo la piel, Sasuke.

-Ya, no es para tanto. –dijo agotado mientras seguía caminando a las duchas.

-¡Ese estúpido de Naruto me las va a pagar cuando lo vea! ¡Si cree que por...! –una de las manos cubrió su boca.

-No... ofendas... a Naruto... en mi presencia. –le advirtió serio para luego girarse de nuevo y por fin, entrar a darse un baño.

Que lio. Había reaccionado impulsivamente, pero hace mucho que no podía razonar cuando ofendían a su rubio. El agua caía mojando su cabeza y espalda mientras que se frotaba suavemente la piel herida y enrojecida. Se auto impuso la tarea de pedirle perdón a Karin, después de todo, ella también había hablado por impulso.

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La clase finalizó y todos salían presurosos como ya era costumbre en ese lugar.

En la zona de los casilleros, Kiba estaba cruzado de brazos mientras observaba como Naruto se volvía loco olfateando hacia todos lados de manera disimulada.

-Nos toca entrenamiento.

-No iré.

-¡¿Qué?! –eso no le gustó. -¡Estamos a unos días de encontrarnos con esos mal nacidos que siempre nos ganan! –Naruto no le dirigió ni la mirada. -¡Necesitamos a nuestro capitán!

-... ¿Dónde estás? –murmuró entre dientes mientras miraba a la entrada del instituto.

-¿Qué onda, chicos? –apareció Sakura con sus pompones a la altura de su pecho. -¿Qué hacen aquí? Ya es hora de su entrenamiento. –dijo segura puesto que conocía el horario del rubio.

-El capitán no quiere ir. –contestó Kiba enviándole una mirada reprobatoria.

-¿No? –miró al rubio. -¿Naruto? –no contestó. –Naruto... ¡Naruto! –le dio una patada en el trasero que lo hizo dar unos pasos hacia delante.

-¡Auch! –se giró. –Sakura.

-¿Qué haces? ¡Vete a entrenar!

-... No. –le dio la espalda de nuevo dejando con las palabras en la boca a la de ojos verdes.

La Bestia Y Su AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora