Capitulo 30

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La manija se agitó un poco y Deidara se puso alerta pues eran las doce de la noche. La puerta se abrió y el primero en entrar fue Sasuke con Naruto tomado de la mano.

-... Oye... Sasuke... -el Uchiha no le había ni saludado, solo planeaba subir a su rubio a descansar. Naruto le puso atención, sin muestra de rencor en su mirada. –Itachi está muy mal.

-Por favor, le atravesó el abdomen a Naruto. –se quejó por el cinismo.

-¡No de sus heridas! –se apresuró a decirle con molestia. –Espera que su hermano le busque y hable con él.

-Ya no tengo nada que hablar con él. –le dijo serio y tomó con más fuerza a Naruto. –Andando.

-Espera, Sasuke... -le dijo en voz baja y subiendo dos escalones para rebasar su altura, le tomó de los hombros y lo abrazó. –No pasa nada, voy a acostarme y... tú ve a hablar con él.

-¡No tengo nada que hablar con él! –repitió enojado deshaciendo el contacto. -Vamos arriba. -Deidara se guardó su coraje, él tanto amaba a Itachi que le dolía verle asi de decaído, si tenía que rogar, bien... rogaría. Dio unos pasos más y se preparó mentalmente.

-Por favor, Sas...

-¡A mí no me gritas! –le interrumpió Naruto sin prestarle atención. Deidara abrió los ojos atento, Sasuke se veía como perrito regañado. –No te estoy preguntando, vas a ir a su habitación, vas a poner las cosas en su lugar. –le ordenó con seguridad y voz ronca logrando que Sasuke bajara los peldaños. –Le vas a aclarar que solo YO te toco y vas a hacer las paces. ¡¿Entendido?!

-... ¡No eres...!

-¡Si que lo soy!

La puerta del sótano se abrió e Itachi por fin hizo su aparición, llevaba una camisa blanca desabotonada mostrando su pecho y abdomen vendado, también en su mejilla había un rasguño considerable, sus brazo derecho estaba igual de dañado. Sasuke se giró cubriendo sus mejillas avergonzadas y ambos Uchiha se retaron por unos segundos.

Deidara añoraba con todo el corazón dejar de ver esa expresión de profundo abatimiento en Itachi. ¡¿No lo veía Sasuke, no podía notar que era todo para él?! No pudo ayudarle, su presencia no era nada si Sasuke no estaba con él por eso... aunque le doliera en el alma y el orgullo, Deidara rezaba al cielo que Sasuke lo comprendiera.

Sintió algo extraño, pesado, cálido. Miró hacia su izquierda, ahí estaba Naruto, observándolo precisamente a él, con tal atención que lo hizo estremecerse. No mostraba nada, a pesar de que Naruto fuese excesivamente expresivo, ahora, su mirada era un misterio.

-¿Qué me miras? –le dijo ocultando su nerviosismo. Naruto solo cerró los ojos por unos segundos y en seguida miró a Sasuke.

-Te espero arriba. –le dijo a media voz y subió las escaleras. Sasuke estaba dudoso en si obedecer o solo fingir que lo haría.

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Deidara caminaba de un lado a otro, apenas cuatro pasos ya giraba. Miraba la puerta: hacerlo o no hacerlo, he ahí el dilema. Si, Sasuke había decidió adentrarse a ese lugar con Itachi, pero no escuchaba nada y el muchacho ese se veía realmente molesto.

Por su parte, Sasuke estaba cambiándole el vendaje a su hermano mayor. Lamentablemente, a pesar de que era Naruto quien había recibido el golpe más grave, Itachi no tenía la capacidad de curarse como lo hacia él.

-Te pondrás bien. –atinó a decir mientras se sentía seriamente incomodado al ver las heridas. Itachi ahogó un quejido cuando despegó un pedacito de la venda en una parte con la herida abierta.

La Bestia Y Su AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora