La Bestia Y Su Amo

Capitulo 7

¿Ya vieron mi primer trofeo?
Lo siento, es que estoy taaaaan emocionada.
Es el primer fanart inspirado en una de mis historias, gracias TomatoChanNSEL por su gran regalo. Y para mi es como un trofeo, adoro recibir esta clase de regalos. Son tan valiosos para mi :,) estoy tan contenta y quería compartirselos.

Bien. Ahora empecemos con el capítulo dedicado a mi Tomatito favorito.

Vaya día mas triste. La atmosfera completa estaba hecha para grabar una escena romántica trágica. Las gotitas de lluvia caían esporádicamente sobre toda la ciudad, desde la madrugada hasta ahora, las dos de la tarde. Ni un momento de paz. Aunque claro, con esa lentitud, no llegaban a ser un problema de verdad.

Pero hacia frio.

Y todos tenían sueño.

Los maestros hacían uso de todos sus recursos para llamar la atención de sus alumnos, que, ya sea por su actitud melancólica o por su fisiología, buscaban más el hecho de acurrucarse unos con otros y reflexionar sobre la vida o intercambiar profundos silencios.

El humo salió veloz pero sin rumbo fijo tanto de su boca como de sus fosas nasales. Se permitió observar la copa de unos árboles agitarse por el viento antes de regresar el cigarrillo a sus labios.

El chirrido de la puerta lo hizo cubrirse los oídos.

-¡Joder, Sasuke! -ya sabía que era él. Podía olerlo a distancias considerables.

-Lo siento. –se burló, en realidad no lo sentía tanto. -¿Tus padres saben que fumas?

-No. –se reclinó mas en la malla de alambre quedando casi acostado sobre ella. –Ni lo van a saber nunca ¿verdad, ttebayo? –le apuntó con la misma mano que sostenía el cigarrillo.

-¿Por qué fumas? –le preguntó sin mostrar reacción alguna ante la inminente amenaza. Sus manos estaban ocultas bajo la chamarra y su rostro estaba protegido por el enorme cuello de la misma. Después de todo, Sasuke era un chico sumamente friolento.

Naruto solo se alzó de hombros y siguió fumando.

Llevaban prácticamente dos semanas viviendo juntos. Dos semanas en las que todos los intentos de Sasuke por regresar al refugio se vieron opacados tanto por la misma organización como por los constantes berrinches –como le gustaba llamarles Sasuke—del supuesto amigo que tenía.

Afortunadamente, había entregado varios documentos originales al profesor Iruka, asi que los perdidos en la mochila pasaron a dejar de importar. Aunque tuvo que regresar por otra constancia medica al hospital. Por supuesto, acompañado del rubio.

El problema que tanto afligía en esos días a Sasuke constaba en la constante sensación de posesividad que tenía el rubio ahora.

No es que le molestara el hecho de sentir que tenía un amigo.