La Bestia Y Su Amo

Capitulo 16

-¡Jo... der! –poco a poco, se fue desenterrando, lanzado las piedras lejos, escupiendo la tierra que lograba colarse en su boca. Le dolían las manos, los huesos de su cuerpo, en especial de su cuello y piernas. Podía escuchar a Kakashi aullar llamando a alguien, no estuvo seguro si a Kiba o a él, pero se le escuchaba preocupado. –Cuando la tenga entre mis manos... la mataré y la hare muchas, muchas maletas, fajos, botas y sus huesos serán exhibidos como trofeo en un museo en mi honor.... –se prometía mientras sacaba al fin la cabeza de todo ese montón de escombro.

La serpiente tomaba terreno a pesar del esfuerzo de todos. Minato protegía a su inconsciente esposa pero no eran el centro de atención de la criatura que solo quería acercarse a la ciudad como fuera.

Pudo ver como Kiba caía rendido sin poder levantarse. Molestó, gruñó mientras tomaba una de las rocas y la lanzaba con tanta fuerza como le fue posible logrando golpearle el cuerpo a la criatura.

-¡Lombriz sobre-desarrollada! –le gritó mientras al fin se ponía de pie aunque su tobillo derecho seguía atrapado entre unas rocas clavadas en el suelo. – ¡Ni te atrevas a tocar a ese perro pulgoso...!- guardó silencio cuando vio que efectivamente había captado la atención de aquella serpiente. –Oh, oh... -su pie aun estaba atrapado. -¡Diablos, no! –se empezó a agitar para liberarse pero la serpiente ya estaba a unos metros de él. –Demonios... -cerró los ojos resignado y sintió como lo golpeaban salvajemente incluso liberando su tobillo, el impacto fue tal que cayó arrastrándose y girando unos metros atrás.

-¡Auch! –se quejó pero solo asi, libre del golpe, pudo captar a quien llevaba entre sus brazos. -¡Sasuke! –le dijo levantándose un poco para no aplastarle.

-Estúpido... ¿Qué ibas a dejar que te matara o qué? –le dijo adolorido.

-¿Tu... me empujaste entonces? –le preguntó conmovido. –Regresaste.

-Cállate, sigo molesto contigo. –le dijo sonrojado pero notó que asi fuera en esta situación tan peligrosa, Sasuke tenía una extraña y ciega confianza en Naruto. Además, estaba tan sorprendido él mismo de la dicha que su corazón sentía al tenerlo asi de cerca.

El rubio parpadeó confundido pero no quiso pensar mucho y sonriendo enternecido, juntó su nariz con la del Uchiha en un gesto cariñoso aunque inoportuno porque la serpiente volvió a atacar haciendo que Naruto se levantara y lo lanzara lejos para que el golpe solo lo recibiera él.

-¡Naruto! –le gritó saliendo de entre la hierba donde había aterrizado. El rubio corría alejando a la serpiente de aquel lugar. Pudo analizar la situación entonces, Minato y Kushina ya no podía interceder, Hinata estaba descendiendo aun con esa diminuta faldita, raspando sus piernas en el camino pero al fin, llegó a con Kiba, abrazándolo con cariño y logrando que éste abriera los ojos al fin.

Siete lobos, solo quedaban dos. Kakashi y otro sujeto.

Si tan solo Naruto se convirtiera en bestia pero...

–Su razón de ser, su fuerza, radica en ti... por eso, solo cuando tu estas en peligro, el se transforma en bestia. No importa si están o no están en buenos términos los dos. Es algo más profundo que la amistad que lleven.

-Por eso... con los lobos... con esos hombres... -miró hacia todo el lugar. –Debo... ponerme en peligro... -y tomando carrera, se fue siguiendo a Naruto aun sin saber que hacer exactamente. Un peligro contra una amenaza, para que Naruto pudiese reaccionar, entonces, debía ser atacado por esa serpiente...

Tuvo mucho miedo.

-¡Sasuke! –le llamó Hinata. -¡Aléjate de ahí! –le dijo asustada pero no le hizo caso. Cuando Naruto quedó contra una pared y su rostro, Sasuke tomó una roca pesada y dando una vuelta con ella para tomar vuelo, la dejó caer dándole justamente en la cabeza a la monstruosa criatura.