Al día siguiente, me despierto con buen humor, porque ayer me pasé casi toda la noche hablando con Connor y por la sorpresa que me dijo que tenía para mí. Voy a salir de la cama cuando siento una presencia en la cama, a mi lado, y me giro repentinamente. Unos ojos verdes que no había visto desde hacía casi tres semanas me saludan, brillantes y sonrientes, y yo no puedo creérmelo.
Connor. Es Connor. Maldita sea, ¡es Connor, joder!
—Oh, Dios mío —susurro, tapándome la boca con las manos—. Estoy soñando, ¿verdad?
Observo como sus labios se estiran en una sonrisa.
—No, nena. Estoy aquí de verdad.
Contengo mis ganas de gritar y me lanzo hacia él, aplastándole. Connor me envuelve con sus grandes brazos y después me besa. Sus adictivos labios saben cómo los recordaba, con sabor a cereza, y su aliento, es fresco. Parece ser que se ha despertado hace tiempo, porque no tiene aliento mañanero.
—No me lo puedo creer —le digo, y vuelvo a abrazarle. Él se ríe y me aprieta con fuerza—. ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que tenías que irte a la Universidad esta semana.
Sus ojos brillan.
—Exactamente.
No puede ser cierto...
Me lleva un rato darme cuenta de sus palabras, y cuando lo hago, reprimo una exclamación. ¡Eso significaba que Connor iba a estudiar en Los Ángeles! No puedo evitar emocionarme, y suelto un gritito. Después, le beso con efusividad. Me separo de él sonriente. ¡Esta sí que es una buena manera de empezar el día!
—Esta era tu sorpresa, ¿verdad? —le pregunto, y asiente. Le pego en el brazo, frunciendo el ceño por un momento.
—¡Auch! —exclama, aunque ambos sabemos que no le he hecho daño—. ¿Por qué me pegas?
—¿Por qué no me lo has dicho antes? ¡Me habría ahorrado tres semanas de melancolía!
Él se limita a reírse, y después me besa en la frente, haciendo que mi pequeño y repentino enfado desaparezca rápidamente.
—Lo siento, nena, pero tenía que ser una sorpresa. Les prometí a tu padre, Logan y Hunter que te haría la mujer más feliz del mundo, y que te cuidaría.
—¡Te estás contradiciendo a ti mismo! —exclamo, pero soy interrumpida por sus labios.
—Te he echado de menos, nena.
Ruedo los ojos, pero sonrío.
—Yo también, Connor. Te amo.
Después de mi maravillosa sorpresa, me doy una ducha y Connor me espera en la habitación. Me visto, obligándole a que se dé la vuelta, y después bajamos a desayunar.
—¿Sabe mi madre que estás aquí? —le pregunto. Él asiente.
—Sí. Ella fue la que me dejó entrar, pero a regañadientes. La verdad, trepar por los balcones en plan Troy Bolton no es mi estilo.
Río junto a él y entre los dos nos zampamos el desayuno que me ha preparado el chef. Saludo a Riley, y antes de que aparezca mi madre, salimos de casa, porque no quiero encontrármela después de lo de ayer.
—¿Te lo estás pasando bien aquí? —me pregunta Connor mientras bajamos los escalones de la entrada de la mansión.
—La mayoría del tiempo me lo paso leyendo, comiendo o hablando contigo, así que, quitando a mi madre, y al hecho de que no para de prohibirme cosas, no es tan malo.
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Never Forget You © [Evans 2]
Teen FictionEl último año de instituto aspiraba a ser el más aburrido, deprimente, y costoso de todos, o al menos para Dylan Hudson. Porque cuando tienes que empezar una nueva vida, en un nuevo país, con tu novio en la Universidad que parece estar reuniéndose c...