31. Soy tuyo.

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La mañana siguiente se siente diferente; es como si me hubieran quitado un peso de encima, es como si ya no tuviera preocupaciones. Pero, sin embargo, sí que las tengo: la deuda de Connor es lo primero que me viene a la cabeza cuando me despierto y le veo, con los ojos cerrados y su frente despejada de cabello oscuro. Luce tan en paz y feliz, no quiero despertarlo porque sé que cuando lo haga, miles de preocupaciones se adueñarán de su cabeza.

Quiero dejarle disfrutar ese momento.

Me tenso cuando abre su boca y se remueve en la cama, parece que va a despertarse, pero no lo hace.

―Dylan... te prometí que iba a cuidarte, te lo prometí... y no voy a dejar que te lleven... que te alejen de mí...

Sonrío un poco mientras lo observo, está hablando en sueños y parece que está soñando conmigo. Todo este tiempo debe de haber sido horrible para él. Si a mí me hubiera pasado lo que a él, creo que no hubiera podido soportar más y se lo hubiera contado a Connor. No sé cómo pudo estar tanto tiempo callándoselo, no pudiéndome decir la verdad, cuando yo le estaba haciendo daño.

Sacudo la cabeza y aprieto los párpados, eso ya está pasado. Ahora solo somos Connor y yo, nosotros contra el mundo, nosotros contra lo que venga a continuación.

―Buenos días, nena. ―Abro mis ojos cuando escucho su voz ronca cerca de mí, sus ojos verdes me miran, sonrientes―. Quiero despertarme así todos los días...

Su mano sale de entre las revueltas sábanas y acaricia mi mejilla con dulzura.

―¿Estabas soñando conmigo? ―le pregunto, sonriendo un poco. Connor suelta una carcajada, yo me muerdo el labio para no esbozar una gran sonrisa. Eso es lo que me hace él, me hace ser feliz.

―En cierto modo... los últimos días he estado teniendo pesadillos sobre esos tíos llevándote lejos, alejándote de mí, son todos tan dolorosos. Pero hoy ha sido diferente ―me explica―. Esta noche te quedabas conmigo, juntos les hacíamos cara a esos tipos y conseguíamos seguir a salvo, juntos y felices.

Suspiro y me abrazo a él.

―Dicen que algunos sueños son predicciones del futuro, ¿sabes?

―Espero que no sea así, porque he soñado un montón de veces con que te ibas y solo una con que te quedabas.

―A veces una es suficiente ―susurro. Decido cambiar de tema, hay algo que me lleva corroyendo la mente desde ayer por la noche―. Estoy feliz de que estemos juntos, pero no puedo evitar preocuparme por cómo vamos a conseguir el dinero para pagar tu deuda.

Connor aprieta los labios y echa una gran cantidad de aire por la nariz, alzo las cejas mientras él se rasca el cuello. Me incorporo un poco, lo suficiente para poder mirarle bien.

―¿Connor?

―Bueno... solo conozco una manera de conseguir tanto dinero de una forma rápida, pero no te va a gustar, nena ―dice él, torciendo el gesto. Le hago una señal para que continúe―. Carreras de motos.

Sonrío, al contrario de lo que él se esperaba.

―No me importa el método al que tengamos que recurrir, solo quiero estar contigo. Y haré lo que sea necesario para que podamos estar juntos.

Connor sonríe ampliamente.

―¿Significa esto que estamos juntos de nuevo? ―cuestiona él, alzando sus cejas. Me acerco más a él y acuesto mi cabeza en su pecho desnudo.

―Creo que nunca hemos estado realmente separados, ¿no crees?

Su sonrisa es lo que hace que la mañana parezca un poco menos gris.

Never Forget You © [Evans 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora