La respiración se me corta. ¿Que voy a tener que correr en una carrera de motos? ¿Cómo...? ¿Dónde coño me ha metido Key?
-No... no puedo hacerlo, Key. Es demasiado peligroso, podríamos matarnos.
Él aprieta sus labios y lleva su mano a mi cara para acariciar mi mejilla. Le dejo, no me aparto, aunque tengo la tentación. Estoy aprendiendo a pensar las cosas antes de hacerla y a dejar de ser tan despreocupada, porque solo me traerá problemas.
-Llevo haciendo esto un tiempo, y nunca me ha pasado nada. Quizá un pequeño rasguño, pero...
-¿Cómo que llevas haciendo esto un tiempo?
¿De verdad creías que era su primera vez, cielo?
Él se muerde los labios y se lleva una mano al pelo. Creo que está asustado por contarme la verdad de lo que es, lo que hace a mis espaldas, que en realidad ya no sigue siendo aquel chico con el que me reunía cada tarde a estudiar y acabábamos besándonos, ya no es ese chico con el que cantaba e inventaba canciones con su guitarra, ya no es el Key enamoradizo y perfecto del que yo me enamoré. Creo que está asustado porque cree que ya no es perfecto. Y que yo no voy a aceptar eso.
-Desde que llegué aquí... tienes que entenderlo, tarde o temprano, Los Ángeles te cambia. Cambia tu forma de ser, tus aficiones y las personas con las que te juntas. Hace que descubras cosas nuevas y que quieras experimentarlas para olvidarte de tus preocupaciones. -Me mira fijamente durante el momento que está callado-. Tú eres mis preocupaciones. -Ahogo una exclamación-. Desde que te dejé sentí que algo dentro de mí estaba muerto, necesitaba algo que me hiciera olvidarme de ti y hacerme sentir una nueva persona, alguien que no tiene miedo a montar en moto y a correr en carreras ilegales, alguien que se divierte con sus amigos sin pensar cada dos por tres en que los ojos de Scarlett son clavaditos a los tuyos, alguien que no tiene que estar recordando cada segundo de su vida como le duele el corazón al acordarse de esa chica de cabello rubio y piel pálida que siempre he amado; y que lo sigo haciendo.
Contengo la respiración. Ha sido un discurso demasiado bueno. Y no tengo ni la menor idea de qué hacer. ¿Está diciendo que me sigue queriendo? ¿Que ha cambiado por mí? Me llevo las manos a las sienes y me las masajeo. Él suspira.
-No tienes que decir nada... solamente acepta. Y disfruta de esta carrera como no lo has hecho en tu vida. -Abro los ojos y le veo muy cerca de mí. Sabe que no me puede besar, y yo sé que no va a hacerlo, pero su cercanía me hace querer acariciar esos labios del color de una flor y la suavidad de una almohada. Después añade-: Por favor. Hazlo por mí.
Le miro durante unos segundos a esos ojos ambarinos que tantas interrogaciones me causan, y al final, muy lentamente, le digo que sí con la cabeza. Él me sonríe y pone las manos en mi espalda, lo que hace que me incline hacia él y tenga la cabeza enterrada en su cuello. Me acaricia lentamente toda la espalda y el cabello mientras yo aprieto mis manos contra sus clavículas y las hundo en su cabello color caramelo.
-¿Quién te crees que eres para abrazar así a mi compañero de carreras, bonita?
Me separo de Key al oír esa voz chillona. ¿Compañero de carreras? ¿Quién se cree que es? Miro quien se trata y me aguanto una carcajada cargada de ira. Se trata de Samantha. También va vestida como las demás, enseñando demasiada piel y provocadora. Sus ojos azules me miran fríamente y su cabello largo y rubio parece ondear como serpientes alrededor de su cabeza. Es muy bonita y la ropa que lleva (una minifalda de cuero pegada a sus piernas y algo que más bien parece un sujetador, también negro) hace que sus curvas resalten aún más, pero no me amedrento por su aspecto. ¿Intenta ser intimidante? Bien, yo también puedo serlo.
-Hola, Sam -dice Key con un suspiro. La rubia le sonríe angelicalmente y después me echa a mí una mirada de demonio. Quiero matarla por haberse acostado con Key, y después por haberse besado con mi novio. Exnovio... lo que sea.
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Never Forget You © [Evans 2]
Teen FictionEl último año de instituto aspiraba a ser el más aburrido, deprimente, y costoso de todos, o al menos para Dylan Hudson. Porque cuando tienes que empezar una nueva vida, en un nuevo país, con tu novio en la Universidad que parece estar reuniéndose c...