DYLAN
Y cómo no, tenía que decirme la maldita frase: mírame a los ojos y dime que ya no me quieres.
Es imposible que yo haga eso. Es decir, podría, perfectamente, mirarle a los ojos y decirle que ya no le quiero. Podría mirarle a los ojos y decirle mil mentiras, podría gritarle y reprocharle todo lo que ha hecho mal, podría ignorarle y apagar la luz, pero no estaría siendo yo misma. No estaría haciendo lo que está en mi mente más claro que el agua, que es decirle que yo realmente le quiero. Le sigo queriendo. Y eso él lo sabe. Lo único que quiere es escucharlo salir de mi boca. Y sí, le voy a dar esa última satisfacción antes de soltar la bomba.
―No te voy a mentir, Connor; te quiero. ―Su boca esboza una sonrisa que casi me derrite. Pero me mantengo impasible y sigo hablando―. Te quiero a pesar de todo lo que has hecho. No es fácil olvidar a una persona en una semana. Lo que pasó me pegó muy fuerte, ya lo sabes, pero aún así te sigo queriendo. Y te lo digo mirándote a los ojos, y sin mentirte.
―¿Eso significa que tengo una oportunidad?
Sé que es muy cruel por mi parte, pero le ignoro. No he acabado.
―Esto no significa que en cualquier momento me vaya a lanzar a tus brazos porque no. Eres malo. No, no eres malo. Eres malo para mí. No quiero rodearme de personas que estén volviendo a su pasado... oscuro. Que es lo que te está pasando. Yo quiero al Connor de antes, del que me enamoré. ¿Me entiendes? ―Él asiente lentamente, observo su garganta y el movimiento que hace cuando traga saliva con dificultad. Yo estoy tumbada de lado en la cama y él está, también tumbado, pero con el torso y la cabeza levantados, su mano sujetando su cabeza mientras me mira con esos condenados ojos―. Tengo que pedirte que seamos solo amigos... o al menos lo intentes.
Se le cae el alma a los pies y lo sé porque le conozco, conozco sus expresiones faciales y lo que lleva dentro, y ahora mismo sé que se le ha caído el alma a los pies. No quiere ser mi amigo bajo ningún concepto. Sé que ha sido muy cruel de mi parte pedirle eso. Pero al fin y al cabo, no solo es mi exnovio, sino que también es mi hermanastro, y no quiero llevarme mal con él. Y sí, es cruel, y mezquino, y a mi también me duele, pero ya está dicho. Y algo me dice que lo va a intentar.
―Vale.
Eso es lo único que me dice, y hace que me ponga más nerviosa. No me ha sonado muy convincente. Intento mirar la expresión de su cara para saber si lo ha dicho en serio o no, pero me dedica una última mirada fría y apaga la luz rápidamente, antes que me dé tiempo a identificar qué es lo que ha querido decir con ese "vale" cortante.
Hasta mañana, Connor.
Y otro día comienza. Ya estoy fuera de casa, comiéndome una manzana y esperando a Key, sentada en el porche. También he salido hoy más pronto de lo normal, y aquí estoy, con la mirada perdida en la casa de enfrente y mi mente divagando, aún, en Connor. Connor y su "vale". ¡Dios! ¿Se puede saber que fue eso? No puede decirme eso. Luego dicen que las mujeres somos complicadas, pero seguro que las personas que lo dicen nunca han experimentado una situación así. Porque los hombres también son complicados. Y mucho, a decir verdad.
―¿Hola?
Parpadeo varias veces antes de darme cuenta que los ojos ambarinos de Key me están mirando a unos pocos centímetros de distancia. Sacudo la cabeza. Ni siquiera me he dado cuenta de que estaba delante de mí hasta que se me ha puesto a hablarme prácticamente en la cara.
¿Se puede saber que me pasa hoy?
―Hola, Key. Lo siento. Estoy un poco... dispersa ―le digo, me encojo de hombros y le sonrío―. Bueno, ¿nos vamos?
ESTÁS LEYENDO
Never Forget You © [Evans 2]
Teen FictionEl último año de instituto aspiraba a ser el más aburrido, deprimente, y costoso de todos, o al menos para Dylan Hudson. Porque cuando tienes que empezar una nueva vida, en un nuevo país, con tu novio en la Universidad que parece estar reuniéndose c...