Capítulo 24: Sakura

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La mano de Naruto sujeta la mía con firmeza, sin embargo, el tacto es suave. Ah pasado tiempo desde que caminamos tomados de la mano. Cuando éramos infantes tomarnos de la mano era lo más natural del mundo, era una manera de protegernos y no perdernos. Lo sigue siendo, pero junto a ello están las demás sensaciones. Aquella calidez en mi palma, el latir de mi corazón, las mariposas en mi estómago y la felicidad. Una felicidad fascinante pero tan delicado como un hilo que es tirado por el viento.

–¿Crees que aquí está bien? - le escucho decir al mismo tiempo que nos detenemos.

Es hermoso. Aquello que señala es hermoso. Una pradera despejada con vegetación. Puedo predecir que muchas de ellas serán flores en primavera.

–es bonito– digo– ¿quieres que cómanos aquí? –sonrió pues se ha quedado mirándome.

–tus ojos brillan cuando sonríes–menciona como si estuviese en un trance.

Siento que me va explotar la cara así que giro la vista para ocultarlo –es la luz idiota – respondo con brusquedad.

–¡eh! Me dices idiota– se exalta. Sin soltarle la mano le jalo hacia la pradera, ignorando sus quejas y mi vergüenza para encontrar un lugar donde podamos almorzar.

Mientras comemos nos ponemos al tanto de todo. Sobre el colegio, las cuentas, los niños y amigos. Terminado por el campeonato de futbol el cual hace poco se ganó en la prefectura. Naruto no es parte del club, pero los chicos fueron agradecerle debido a que practicando con ellos y varios de sus consejos el equipo subió de nivel. Obviamente Naruto no lo reconoce.

– ¿has visto cómo te ven esos chicos? - le digo mientras le sirvo un vaso de agua.

–¿con desdén?

– Naruto–fulmino con la mirada.

– bueno quizá exagero

–dices todo lo contrario. Ellos te respetan, demasiado diría yo

–konohamaru no me respeta

–él más que todos, que incluso te ve como un rival

–De eso no hay duda, siempre fastidia con competir

–y no hay duda que ellos también te admiran– sonrió sintiéndome bien por ello, pues es algo que Naruto siempre inspira en los demás.

Sin embargo, la risa de Naruto es débil, mira hacia su vaso quedándose un instante en silencio hasta que supera y dice:

–no me siento como alguien a quien deberían admirar...

–¡claro que lo eres! – interrumpo sin darle tiempo a de diga más, me observa y sonrió decidida pues quiero que lo sepa, que lo crea– Cuando juegas muestras una gran resolución, más allá de que se trate de un juego, es un sueño, un objetivo. Es parte de ti. Lo sé, pues lo veo en tu mirada cuando compites, cuando observas el arco, cuando pateas la pelota y justo con esa misma resolución eres capaz de inspirar a todo un equipo a dar todo. No me extrañaría que hubieras sido capitán si pertenecieras al club. Tienes pasión y eso es lo que más admiran.

Con su mano libre revolotea mi cabello en su intento fallido de no note lo abochornado que esta. Me quejo y él se burla. El momento se aligera cuando nos empujamos uno al otro, pronto nos miramos y estoy segura que quiere besarme. Quiero que lo haga. Pero la mayoría de nuestros besos no empiezan por su iniciativa. incluso cuando lo desea tanto como yo.

Se bien el motivo:

Miedo, preocupación, culpa. Es lo mismo que yo siento. Por más que sabemos que no podemos separarnos.

–te amo–susurro. Entonces la mano de Naruto se desliza por mis cabellos, mi cara y cuando creo que al fin me va besar solo puedo sentir su aliento susurrándome:

–yo también, te amo. Mucho, mucho. –le escucho decir y espero el beso que nunca llega.

–Naruto, no temas

Vacila antes de confesarme–lo que más temo es que nos separen –su mirada de dolor hace que mi corazón se comprima. No quiero verle así, no me gusta verlo así, es tan doloroso y abrumador que estoy a punto de quebrarme. Pero resisto, apretando mis dientes para impedirme llorar, tomo su rostro con ambas manos y le prometo:

–eso no pasara, no lo permitiré...yo te protegeré, y si tengo que pelear contra la sociedad y sus leyes, la gente y sus tabúes lo hare, Naruto, lo hare, pero no nos separaran

Naruto me mira sorprendido y luego sonríe –esa es mi línea Sakura chan

–nuestra línea– le aseguro y él asiente. Quiero besarle, pero me detengo pues lo siguiente que pregunto es algo que también sé la respuesta hace mucho, así como se separó de forma brusca hace unas horas en el tronco–también temes tocarme ¿verdad? –.se sonroja eh intenta mirar a otro lado, pero no se lo permito. Le miró fijamente esperando su respuesta.

Naruto frunce el ceño y después de un largo minuto me muestra sus sinceros ojos azul eléctrico. Tan intensos que me dejan sin aliento.

–temo no mantener el control–y aun en la misma posición continua con un cierto temblor en su voz– tengo miedo de hacerte daño

Algo en mi pecho golpea y también en mi vientre. De alguna manera esas palabras dan una respuesta contraria a la que debería, pues hace que una sensación de deseo sumerge en mí. Lentamente le suelto al tiempo que baja la vista. Quieto.

–sabes que en muchas sociedades esto es normal

–no vivimos en esas sociedades– responde

–sí, pero en todas las sociedades la primera vez siempre suele asustar.

– ¡Sakura chan! – levanta la vista totalmente sonrojado.

Seguro estoy tan roja como él, pero me quedo quieta mientras me pierdo en sus ojos destellantes. Me doy cuenta que este silencio es cómodo, bello y lleno de paz.

Realmente este momento es más de lo que podemos desear. 

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