Cuando uno intenta olvidar, crees lograrlo, pero lo cierto es que no olvidas sino obligas a tu mente a negarse, y como si solo durmieran, los recuerdos están intactos y las emociones permanecen fluyendo como un interminable rio. Mientes.
Me eh metido...
Mientras Naruto y yo caminamos bajo la azulada luz de la madrugada, los recuerdos empiezan aparecer en mi mente como una pequeña brisa de la mañana, como el goteo del tejado en pleno invierno, como la luz del amanecer. Empiezo a verme a mí y Naruto tiempo atrás observando el cielo decorado de estrellas, cuando las ventanas eran abiertas y el viento del verano nos regalaba un rose de frescura. Y en otras ocasiones, cuando reparábamos el tejado, después de una noche sin dormir por el tambor de las gotas de lluvia; lluvia que no paraba ni en la mañana, Naruto terminaba empapado, y enfadado, pero luego reíamos, reíamos mucho. Entonces nos escapábamos a la pradera, caminado, tomados de las manos como si viviéramos en una fotografía.
Una fotografía en que éramos nosotros mismos y el mundo era silencioso. Entonces en algún momento, nuestros ojos no dejaban de mirarse, y nuestros rostros de acercarse y...
Respiro. Me detengo.
—Naruto.
Él se detiene unos pasos delante mío y se gira, pero no logro verlo, porque me encorvo hacia adelante. Respiro mientras mi cuerpo tiembla, parece querer desplomarse, desarmarse. Recuerdo bien aquella sensación. Una sensación larga que parece crecer como una larga enredadera que forma un laberinto. Entonces Naruto me dijo que me amaba por la noche y en la madrugada se fue. Y no lo vi más, y lo que me parecido un corto y largo tiempo yo estaba perdida en aquel laberinto. Y sabia, sabía que se había terminado, no solo porque se había ido... sino porque había algo que era verdad y no se le ponía negar, aunque nos escondiéramos.
—Somos hermanos —susurro con voz ahogada, y parece como si es la primera vez que lo dijera. Y que lo siento más real.
—lo sé —Responde. En la oscuridad de la madrugada, ambos no decimos nada hasta que me levanto y lo miro, pero él se gira y continúa caminado.
—No tenemos que ir allá, nunca más.
—lo sé.
—Entonces por qué.
Y cuando siento que no va responder, Dice:
—Fue una promesa...
—¿Qué promesa?
—Ver la pradera en primavera —Dice rápidamente y continúa caminado— te lo prometí, pero también me lo prometí a mí.
Y entonces entiendo, entonces recuerdo, que no estoy sola en esto. Nunca lo estuve. Solo fui yo que creyó que debía cargar con la culpa, el dolor, la desesperación sola. Pero eso tampoco era cierto.
Pero no estaba sola, no estoy sola.
Naruto también sufría, y Naruto también quería cargarlo solo.
No lo dejare solo.
Camino detrás de él, y es como si fuera la primera vez que le sigo yo.
Y no pasa mucho tiempo que, rodeados de los árboles y sus sombras, él toma mi mano y yo la aprieto al instante. Entonces recuerdo también esa sensación, o más bien siempre estuvo ahí, lo que Naruto me hace sentir. Porque yo, porque yo...
Lo amo.
Lo ame y lo amo. Lo amo de todas las formas posibles y entonces, entonces lo sé, lo sé, estamos entrando juntos, estamos perdiéndonos juntos en este laberinto sin retorno.
Y espero jamás encontrar la salida.
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LOST
FanfictionÉl es popular, el mejor deportista, con grandes sueños. Ella es hermosa, la mejor de su clase, talentosa. Ellos se han enamorado pero el peor de sus problemas es que... son hermanos.