Quinta carta

1K 116 8
                                    

5 de enero de 2016

Hola, idiota

Supongo que más idiota soy yo al volver a escribirte algo pero bueno, no hay nada que hacerle. Hace unos días vino tu novia a mi casa, te agradezco por mostrarle mi casa, ¿eh?. Supongo que tengo un corazón demasiado de abuelita como para no dejarla pasar cuando vino hasta acá en su estado, que apenas la dejaba caminar. Intentó hacerme entender que siempre me amaste a pesar de engañarme con ella, lo que encontré ridículo ya que si alguien ama a alguien, lo respeta y respeta la relación que llevan.

Pero supongo que es no es lo peor que me ha pasado, también pasa que fui tan estúpida como para pensar que una amistad con Diego funcionaría. Lo admito, está vez caí bajo y merezco que me golpeen con un fierro lleno de alambres de púa. Supongo que en mi momento de mayor vulnerabilidad, me aferré a la primera persona que encontré y tuve la mala suerte de que haya sido él, debí haberlo sabido por todo lo que vivimos antes.

Cassia se fue con mis padres a La serena, claro, por si te interesa. Y yo, bueno, en otro momento de idiotez me quedé acá y la extraño mucho; creo que eso también ayuda a que mi ánimo esté por el suelo. Ya lo único que quiero es dormir, dormir tanto que solo pueda despertar con mi hija al lado, pinchándome los ojos para que los abra o llenando mi cara de besos.

No sé qué más escribir, al parecer perdí mi capacidad al estar resentida contigo. No prometo volver a escribirte, tampoco prometo que no lo haré; vamos viendo que pasa en la vida. Adiós.

Elizabeth Grayson.

Cartas a BenjamínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora