Tuya. Pero cuando yo quiera

Epílogo

-¡Mamáa!.-Escucho cuando me estoy besando con mi esposo.

Sonreímos. Es la hora del cuento en vivo de mis pequeños.-Antes de dormir siempre hacemos un espectáculo de un cuento inventado para que se distraigan.-Escucho los ladridos de mi campeón

-Creo que otra vez tu encantadora Anna está haciendo de las suyas.-Dijo Mike

Anna era igual de imposible que su padre, tenia sus ojos pero era morena como yo. Anna. Mi pequeña. Era la mas traviesa de nuestras manzanitas.

-¡Mamáa, Eric me pegó en el brazo!.-Gritó Anna.

Miro a Mike y el se carcajeó, pongo los ojos en blanco.

- Honey, I want that this time be more severe with them.- Digo y él inmediatamente deja de reír.

-No puedo honey, sus ojos penetran mi alma.-Se lleva las manos al corazón gesticulando dolor

-Eres muy infantil.

Me levanto y voy al cuarto de los trillizos. Al entrar veo a Tod y a Eric con sus guantes de boxeo y a Anna pintándole las uñas a Rayshu. El pobre me ve con cara de pena.- Desde que los trillizos cumplieron los 4 años Rayshu comenzó a dormir en su habitación y yo no se lo podía impedir, él es el protector de sus hermanitos. Los tres dormían en la misma habitación porque les gustaba mucho las vistas y se negaban abandonarla, teniendo dos habitaciones completamente vacías hasta que algunos de los tres diera el primer paso-. Me cruzo los brazos y pongo cara de enfado. Siento las manos de mi esposo en la cintura y me susurra al oído:

-Te cobraré esto.-Me muerde el lóbulo de la oreja y yo siento las chispas en todo mi cuerpo.- ¿Que hacen jugando todavía niños? Todos a la cama. ¡Anna por el amor de Dios deja al pobre Rayshu quieto el es un varón!

-Papá estamos empatados. Si gano esta pelea Eric se va al cuarto de al lado.-Dice Tod y le golpea el pecho a Eric.

La pelea empieza y Mike en vez de mandarlos a la cama se acerca a ellos y empiezan a pelear uniéndose al juego. Yo toso y el padre severo no me presta atención. Desde que los niños comenzaron hacer travesuras soy yo la que los reprende porque las manzanitas le ponen ojitos de cachorrito triste a su padre y el termina comprándole un regalo en modo de disculpa, es por eso que tenemos un cuarto repleto de juguetes de todo tipo. He hablado con Mike pero parece que se le olvidó lo que prometió. Él es su padre, no un compinche de travesuras.

-¡MIKE!.-Le grito y todos se callan y me miran.

Mike reacciona y se levanta.

-¡Niños a la cama. Ahora!.-Los manda

Ellos ponen sus ojitos y Mike pone sus manos en las caderas.

-Ya saben que no me gusta repetirme.

Los niños derrotados se quitan sus guantes, los guardan y suben a sus camas. Tod duerme arriba, Eric en el medio y Anna abajo. Se ordenan en el orden que llegaron al mundo. -Todavía recuerdo lo complicada que fue la cesárea. Estaba nerviosa y Mike asustado. Tod es un rubio con ojos avellana, Eric rubio igual pero el cabello un poco mas oscuro que el de Tod y sus ojos marrones, La pequeña Anna es una preciosa morena con ojos azules como los de su papá

-Hora del cuento-Dijo Anna.

Nos demoramos seis minutos contarles que un cuento y veinte minutos regañarlos para que se durmieran. Agotados nos dirigimos a nuestra habitación y quedamos dormidos.

¡PI, PI, PI!

Suena la alarma pero no me levanto. Hoy es turno de Mike despertar a los niños. Abrazo la almohada de Mike para oler su fragancia pero eso no se me hace suficiente, me levanto y voy al baño. Una vez lista y arreglada para ir a mi bufete bajo a la cocina. 

-Papá manzana, está usted muy lindo esta mañana.-Le digo a Mike abrazándolo.

-Tu siempre estas muy hermosa, mi ángel.-Dice Mike  

Yo me sonrojo y escucho las risitas de los niños le doy un beso a mi esposo y luego beso a cada una de mis manzanitas.

-Mami, no quiero que vayas a trabajar. Juguemos.-Dice Anna.

-Mi amor sólo le daré una visita al  bufete y regreso. No notaras mi ausencia.-Le digo.- La tía Rosa, el tío Peter y la pequeña Lucía vienen a cenar. Yo hoy prepararé la cena. Amanda se va temprano hoy manzanitas.

-¡Siiiii vienen los tios!.-Dicen emocionados mis bebés.- ¿Y la tía Regna, el tío Abdoner y Camila?

-Ellos están en Miami de vacaciones hijito. Se me hace tarde me voy.-Digo y me despido rápido.

Al llegar a mi bufete de cinco pisos, estaciono mi BMW verde y me voy a mi oficina. Tengo mi ascensor privado. El edificio por supuesto fue regalo de mi encantador esposo.Mi bufete es uno  de los más famosos del país y eso es por mi duro trabajo. Cuando llego a la última planta donde esta mi oficina Nicole mi secretaria me informa como están las cosas y me enseña contratos para leer y firmar. Estoy enfrascada en los papeles cuando suena el teléfono.

-Doctora Steven, el señor Steven al teléfono.-Dice Nicole.

Sonrío y cojo el auricular

-Hola pecador.-Digo sonriendo.

-Ángel estas en alta voz y hay manzanitas en el coche.-Ríe Mike.

Yo también río.

-Okey, pecador. ¿Que pasa?-Digo

-Niños a la una, a la dos y a las tres...-Dice Mike.

-¡VAMOS A SECUESTRAR AL ÁNGEL!.-Suena un coro y se corta la comunicación

Sonrío como una boba y el ascensor se abre y ahí están mis pequeños con su padre. Mike tiene un mega florero de cristal con muchas manzanas rojas y una única manzana verde en la punta. Mi lo pone en mi escritorio y yo miro todas la manzanas rojas sorprendida. 

Se me seca la boca pero no puedo decir nada delante los niños y la secretaria.

-Nicole, enséñale a los niños su sala de juegos y tráeme un café, por favor.-Digo con la voz ronca.

Mike que me conoce mas que nadie sonríe pícaro. Sabe como me puso.

Nicole se llevó a los niños y yo bloquee el ascensor, me quité la coleta alta y me quité los tacones. Me acerco a mi esposo y el está sonriente.

-¿Por que tantas manzanas rojas?.-Pregunto.

-Son castigos para cierto ángel provocador...-Dice Mike

Yo sonrío. 

Podrán pasar los años pero sigo deseando a este hombre como si fuera la primera, lo amo mas que nunca y se que el siente lo mismo que yo. No puedo pedirle mas nada a la vida.

Me acerco a mi pecador sonriente y lo beso. Le saco la camisa de los pantalones y sonrío. Le paso la lengua por los labios lentamente. Mike enloquecido me coge en brazos, yo le rodeo la cintura con mis piernas. Me sienta en mi escritorio. Nos miramos intensamente. Transmitimos el amor a través de las miradas.

-Mas allá, mi ángel.

-Más allá, mi pecador.