La destitución de Severus Snape

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-¿Qué has dicho?-preguntó Ron al muchacho de las gafas.

-Que el veneno de basilisco puede destruir horrocruxes-dijo el chico muy tranquilamente, como si sólo hubiera hablando de los tipos de falta en el quidditch.

-¿Sabes lo que son?-le preguntó, cuidando de que nadie los oyera.

-Es un objeto en el que un mago ha escondido una parte de su alma-dijo, en el mismo tono en el que hubiera respondido a una pregunta de un profesor. Pero, ¿por qué te interesa tanto saber eso?-preguntó muy intrigado.

Ron miró hacia Hermione, que estaba hablando con los hermanos Creevey, y luego se volvió:

-Escucha...si no te importa, no le menciones a nadie nada sobre los horrocruxes. ¿Vale? Es muy importante, mucho más de lo que crees.

-Vale-dijo el muchacho, rascándose la cabeza muy pensativo. -Pero volviendo a lo que estábamos hablando, ¿Crees que Potter accedería a hablar conmigo sobre el basilisco?

-Sí, sí. Por favor, cállate, que necesito pensar.-dijo Ron, desesperado porque el muchacho dejara de hablar para así poder concentrarse en sus pensamientos.

-Vale, vale-dijo, con cara de ligero disgusto. Tomó el ejemplar de "Animales Fantásticos y dónde encontrarlos" y se puso a hacer anotaciones. Ron pudo ver que en una página con poco texto había anotado: "Criaturas de existencia dudosa: Snorkacks, Blibberings, Heliópatas...". Anotó mentalmente que cuando tuviera más tiempo debía preguntarle al chico qué opinaba de Luna. Se levantó y se dirigió hacia donde estaba Hermione, pensando en el basilisco de la cámara de los secretos y en el hecho de que los colmillos de ese animal destruían Horrocruxes..

-Ron, tenemos que hablar-dijo la chica, haciéndole señas de que se separaran del resto de sus compañeros.

Se alejaron unos pasos de sus amigos. Hermione, entonces, le preguntó:

-Tenemos que pensar en cómo vamos a destruir la copa, y cómo destruiremos el Horrocrux que hay aquí cuando lo encontremos.

-Creo que sé cómo. ¿Recuerdas lo que pasó en nuestro segundo curso?

-Cómo no lo voy a olvidar-dijo Hermione.

-Y recuerdas qué fue lo que causó aquellas petrificaciones.

-Pues claro, fue un basilis...-se interrumpió y miró fijamente al pelirrojo, que asintió. Hermione le miró con asombro.

-Exacto, Hermione-dijo el pelirrojo, sin prestar atención a la expresión de la chica-. Seguramente, el basilisco que mató Harry seguirá en la cámara de los Secretos, puesto que nadie ha bajado hasta allí desde entonces, ¿verdad?

-Verdad-dijo la chica.

-Pues simplemente bajamos hasta allí, arrancamos los colmillos del basilisco, destruimos esto-dijo, señalando al bolsillo donde llevaba la copa-y cogemos unos cuantos colmillos para destruir el otro Horrocrux. Venga, vamos.

-¿No deberíamos esperar a Harry?

-No hay tiempo, Quien tú sabes está moviéndose y podría llegar aquí de un momento a otro.

Así pues, Ron y Hermione se levantaron y se dirigieron a la salida secreta.

-¿Adónde vais?-les preguntó Ginny.

-Vamos a hacer algo en el cuarto de baño de chicas de la primera planta-dijo Ron. Ginny le miró con sorpresa fingida.

-Bueno...ya sois mayores de edad y todo eso, pero ¿es el momento apropiado?

-¿Qué estás pensando, malpensada?-dijo Ron, poniéndose colorado al entender lo que acababa de insinuar su hermana. Ginny soltó una risita.

-Nada, sólo estaba tomándoos el pelo. Aunque tampoco estaría mal que os decidierais de una vez, que puede que no os quede demasiado tiempo. Venga, idos ya.

Ron Weasley y las reliquias de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora