El dragón subió cada vez más alto, haciendo que la gran ciudad de Londres se desplegara por debajo de ellos como un mapa gris y verde. Ron sentía una mezcla de euforia y de miedo. Euforia por cómo habían conseguido salir de allí a pesar de que estaban atrapados, y con el horrocrux que habían venido a buscar. Miedo, por lo que pasaría a continuación, sobre todo cuando Voldemort supiera lo que había ocurrido. Notó rápidamente que la brisa que producía el dragón al volar le aliviaba el dolor de las numerosas ampollas y quemaduras que tenía por toda la piel. Notó también que Hermione estaba temblando, y que parecía sollozar. Desgraciadamente, en ese momento no podía hacer nada para consolarla, aunque lo deseaba ardientemente. Después de cinco minutos más o menos, Ron, lo mismo que Harry, empezó a hacerse esta pregunta: ¿Cuándo vamos a bajar? ¿Cómo bajamos? Porque no podemos obligar a este bicho a que suba o baje. Estamos a merced de lo que quiera hacer. Mientras el dragón subía y subía, no pudo dejar de preguntarse cuánto tiempo pasaría antes de que Voldemort se diera cuenta de que ellos habían entrado a la bóveda de los Lestrange. Se preguntó también cuánto tiempo tardarán los goblins de Gringotts en informar a Bellatrix, y cuánto tardarían en averiguar lo que habría pasado. Y luego, cuándo ellos descubrieran que la copa de oro no estaba, Voldemort sabría, por fin, que ellos buscaban los Horrocruxes, ¿qué pasaría entonces?
Mientras tanto, el dragón volaba y volaba. Pasaron por encima de carreteras en las que podían divisarse pequeños puntos coloreados que eran coches que circulaban dentro y fuera de la ciudad, y Ron no pudo evitar pensar en su vuelo en el Ford Anglia unos años antes: el paisaje era semejante. Volaron sin cesar, sobre los campos pincelados de parches verde y marrón, sobre caminos y curvas de ríos por el paisaje de trasgos mates y brillantes
- ¿Qué esta buscando? - gritó Ron, mientras volaban hacia el norte.
- No tengo idea -respondió Harry.
El sol se escondió un poco más abajo en el cielo, que se ponía de un color añil; aún así, el dragón voló, ciudades y ciudades se deslizaban bajo ellos, su enorme sombra se veía sobre la tierra como una nube gigantesca y oscura. Ron notó que sus largas piernas se le estaban durmiendo, y se aferró con más fuerza temiendo caerse. Luego, notó que el dragón empezaba a bajar.
- ¿Es mi imaginación?¿O perdemos altura? -gritó.
No lo era: estaban bajando rápidamente. El paisaje se agrandaba y ganaba en detalle. Se veían montañas muy verdes y lagos, teñidos de cobrizo por la puesta de sol. Ron pensó que quizá no estaban lejos de Hogwarts. Finalmente, el dragón empezó a volar hacia un gran lago.
Digo que saltemos cuándo esté bastante bajo - gritó Harry - Directamente en el agua antes de que se de cuenta de que estamos aquí.
Ron asintió, aunque Hermione no mostró el menor entusiasmo. Nunca le había gustado volar, y menos aún en un dragón. Finalmente, estuvieron volando sobre el lago.
- ¡AHORA! - gritó Harry, tras lo cual se deslizó sobre el lado del dragón y se dejó caer hacia el lago. Ron, viendo que Hermione se resistía a saltar, le dio un empujón, y luego se tiró hacia el lago, con los pies primero. El lago era bastante profundo y sus aguas eran muy frías. Al salir, farfullando y jadeando, lo mismo que Hermione, vio que el dragón volaba sobre ellos, sus alas que golpeaban con fuerza, y aterrizó por fin sobre una orilla distante. Harry, Ron y Hermione emprendieron el camino hasta la orilla de enfrente. Se abrieron paso con gran dificultad entre las cañas y el barro y finalmente se dejaron caer sobre la hierba.
Hermione se derrumbó, tosiendo y temblando, y Ron se apresuró a ponerse junto a ella y darle unos achuchones afectuosos para que se tranquilizara (a los cuales, Hermione respondió apretándose contra él, como si buscara seguridad). Mientras, Harry se puso en pie, sacó su varita mágica, y comenzó a echar los hechizos habituales para protegerse alrededor de ellos. Cuando hubo terminado, se unió con los demás y se pusieron a curarse las muchas quemaduras con esencia de díctamo. Escocía un montón y les hacía estremecerse cada vez que las gotas tocaban sus ampollas. Cuando terminaron, Hermione sacó tres botellas de jugo de calabaza que había traído de Shell Cottage y trajes limpios y secos para todos ellos. Se cambiaron (Ron tuvo cuidado de cerrar los ojos y mirar hacia otro lado mientras Hermione lo hacía) y luego se pusieron a beberse el zumo, que a Ron le supo a gloria.
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Ron Weasley y las reliquias de la muerte
FanficHistoria encontrada en PotterFics http://www.potterfics.com/historias/71045 Creada Por: Quinocho Su perfil: http://www.potterfics.com/perfil/28415 Aclaro de nuevo la historia NO es mia, pertenece a Quinocho en potterfics Descripcion "En este fic...